Contigo

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Me acerqué a pasaos lentos a él y él me siguió con su mirada.

Jungkook estaba en el cementerio, y no era tan tonto como para saber qué era debido a la muerte de una persona que debió haber sido muy importante para él.

Él estaba sentado en una banca que había frente a la respectiva tumba. Estaba completamente empapado por la lluvia y su cabello lo tenía alborotado.

Cuando me detuve en diagonal a él, no queriendo estorbar la vista que tenía él hacia la tumba, Jungkook bajó la mirada fijándose en el suelo. Estaba mal y lo sabía.

Con el paraguas evité que le cayera más lluvia a la cabeza, también provocando que la lluvia me empapara a mi ahora. Pero me daba igual, le debía una, como la vez en que él me había ido a buscar al parque, con la única diferencia de que ni mencioné las palabras "está lloviendo" cómo él lo había hecho.

—Gracias— murmuró suavemente.

—De nada— le dije mientras me sentaba al lado y me resguardaba de la lluvia con el paraguas también.

Jungkook suspiró profundamente sin levantar la mirada. Sabía lo que  significaba, era llanto, ese suspiro ya lo había escuchado antes de los labios de mi madre.

Lo primero y único que se me ocurrió hacer fue pasar mi brazo sobre sus hombros y atraerlo un poco hacia mí, intentando calmarlo. Era lo que se hacía en estos momentos, ¿no? Intentar reconfortar a la otra persona.

Otro suspiro entrecortado se escuchó de su boca, haciendo que su aliento chocara contra mi cuello. Contagiado por su tristeza, apoyé levemente mi cabeza sobre la suya, sin querer molestarlo demasiado.

Lo siguiente qué pasó, fue tener que oír cómo lloraba en mi hombro. Lloraba desconsoladamente, triste y con la respiración agitada. Jeon Jungkook estaba llorando a mi lado, jamás me lo había imaginado en tal situación.

No calló su llanto hasta casi diez minutos después. En todo aquel tiempo, mientras él se desahogaba, yo me había dedicado a acariciar su espalda tranquilizadoramente y a sujetar el paraguas que nos protegía de la lluvia.

Me daba pena enorme tener que ver a Jungkook así, pero sí yo no lo calmaba, ¿quién lo iba a hacer? Su mejor amigo se había ido a ver a su novia a su practica de porristas y sus padres estaban de viaje.

Debía estar ahí para él.

Luego, se alejó de mí, repentinamente, haciendo que parte del agua que caía quedará sobre uno de sus hombros ya que no estaba cubierto por el paraguas.

—¿Estás mejor?— me atreví a preguntar.

Él asintió cabizbajo.

—Gracias— susurró, sin despegar la mirada de la tumba que había en frente.

Yo observé la tumba también. "Amada madre, abuela, tía...". La palabra "abuela" fue la que llamó mi atención por completo. Por la edad que marcaba la fecha lucía poder ser la abuela de Jungkook con toda libertad.

Miré por el rabillo del ojo al chico que tenía a mi lado. Esperaba que me dijera algo, pero lo único que hacía era ver la tumba con un aspecto un tanto triste y sombrío.

Su abuela... pero no era seguro si él no me lo afirmaba.

—Jungkook— lo llamé débilmente.

Hizo un ruido que me dió a entender que continuara.

—¿E-es tu abuela?— tartamudeé levemente.

Un suspiro profundo de nuevo provino de sus rosados y resecos labios. Se veía tan vulnerable así, de esa forma triste, cabizbaja, desganada. No parecía ser Jeon Jungkook, el chico popular que me había humillado por tantos años de mi vida. Sólo era Jungkook, un chico que al final de cuentas sufría al igual que el resto.

viviendo con el nerd (kookgi) Adap.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora