Complicado

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—¿Jungkook?— fue lo que salió de mi boca al verlo allí.

¿Qué hacía Jungkook ahí? ¿Me había seguido hasta el cine? Dudaba mucho que todo hubiera sido por simple coincidencia. Entonces, ¿qué? ¿Me había seguido como acosador psicópata hasta el cine por aburrición? ¿Era eso?

Vaya, y yo que pensaba que yo era el que tenía mucho tiempo libre.

—Yo...— tartamudeó él, nervioso.

—Disculpen, pero deben dejar el cine— nos informó un chico que trabajaba en el lugar.

Confundido aún por encontrar al simio aquí, salí sin chistar, seguido por Jungkook y dejando a Namjoon extrañado y solo sentado en la sala. Pero era mejor que se quedara allí, necesitaba aclarar las cosas a solas con el simio idiota.

Cuando ya estábamos fuera y alejados unos cuantos metros del cine, decidí que sería un buen momento para hablar. Debía saber por qué me había seguido.

—Jungkook— lo llamé en tono de regaño. Él me miró con un poco de miedo—. ¿Por qué mierda me seguiste?— le pregunté, lanzando la pregunta de una vez por todas, no quería rodeos ahora.

Él se rascó la nuca nervioso, sin saber qué decir al parecer, queriendo evitar todo aquello. Pero debíamos hablarlo, yo debía saber la razón de porqué me había seguido hasta el cine. No podía permitir que hiciera lo que se le diera la gana y se entrometiera en mi vida.

—¿Me lo vas a decir?— insistí, aplicando presión.

Jungkook cerró los ojos y se mordió el labio, luciendo las pocas y casi inexistentes ganas que tenía de decírmelo. Y era comprensible, después de todo era obvio desde el principio que él no querría responder nada.

Pero debía saberlo, y pronto.

—Pues Namjoon no me da buena espina— respondió él, negando con la cabeza decepcionando del chico.

—¿Ah si?— pregunté enarcando una ceja, él asintió—. Ni si quiera lo habías visto antes de venir al cine— le informé—. Digo, por si se te había olvidado.

Él abrió los ojos hasta más no poder. Señal de que lo había descubierto. Me debería dar una respuesta más convincente que esa antes de que yo quisiera creérsela.

—Pues...— dijo, viéndose en aprietos.

—Sólo dímelo, Jungkook, no es tan difícil— le dije, enojado hasta el límite por el hecho de que no fuera capaz de responder una simple pregunta.

¡Demonios, que sólo quería saber por qué me había seguido hasta el cine y no la fórmula de la Cangreburger!

—Es más complicado de lo que crees, Yoongi— dijo él.

—Pues me lo tendrás que decir de todas formas— le dije, encogiéndome de hombros. Él hizo una mueca—. Hablaremos en casa.

Empecé a caminar para que él me siguiera con la idea de que fuéramos a casa de una vez por todas y me pudiera responder la muy aparentemente "complicada" pregunta. Jungkook me miró extrañado.

—¿Y Namjoon?— me preguntó, señalando el cine.

Me encogí de hombros despreocupado.

—No puedo entrar al cine, no me voy a quedar aquí afuera esperando. Además, luego hablaré con él— dije restándole importancia al chico de lentes que debía de estar en ese momento viendo la película solo.

—Claro, lo verás luego— murmuró molesto Jungkook y yo le señalé que me siguiera, ignorando su comentario.

—Ya me he aprendido el camino a casa, eso es bueno, supongo— le sonreí débilmente. No quería hablar de nada de mucha importancia con él en aquel instante, no estaba de muy buen humor para hacerlo.

—Sí— sonrió él.

Caminamos uno al lado del otro, en silencio, hasta llegar a la casa donde habitaba el desaparecido gato ninja. Y era verdad, ¿dónde estaría? Admito que lo extraño, a él y a su exterminador putas interno.

—De acuerdo, ¿ahora me dirás?— le dije sentándome en el sillón, haciendo referencia a la pregunta que le había hecho a la salida del cine.

—Sí...— respondió él no muy convencido.

—Empieza— dije yo, dándole paso a su monólogo.

Él enrojeció.

—N-no creo que sea buena idea, Yoongi— dijo él, negando con la cabeza mirando al suelo cabizbajo.

Arrugué el entrecejo.

—¿O sea que vinimos hasta aquí para que no me digas nada? Oh, claro que no, habla ya— dije yo, esperando que mis pocas palabras ayudaran un poco.

Él suspiró profundamente. Al parecer lo que me tenía que decir era más importante de lo que yo pensaba.

—No puedo— dijo volviendo a echarse atrás.

—Es más grave de lo que pensaba— dije pensativo, escuchándome como un doctor de telenovela.

—Sí, lo es— dijo frustrado Jungkook, mientras que con sus manos cubría su rostro.

Suspiré. Esto sería complicado. Jungkook tenía algo que decir, yo quería saber ese algo, pero definitivamente esto lucía más importante de lo que yo mismo quería que fuera. Finalmente decidí no hablarlo. Algún otro día podría decirme por qué me había seguido hasta el cine.

—Puedes decírmelo otro día, si quieres— dije, haciendo que sus facciones se relajaran notablemente.

—Gracias— dijo tan profundamente que sentía que le acaba de decir "vivirás" en la rosa de Guadalupe.

—¿De nada?— dije arqueando una ceja sin saber qué decir ante tal respuesta.

Jungkook rió al escuchar eso.

—Por cierto, ¿y Bon-Hwa? Lo extraño— mencioné, cómo un comentario casual y curioso. ¿Lo peculiar? Que Bon-Hwa en menos de cinco segundos apareció en la sala y se lanzó a mis brazos.

No si, el gato tras de ninja, brujo.

Bon-Hwa cásate conmigo, ok me calmo.

—Bon-Hwa enserio que te ama. Creo que ya me reemplazó— dijo Jungkook en un tono bromista.

Asentí riendo ligeramente.

—Me quiere más a mí, ¿cómo se siente tu ego con el hecho de que un gato te reemplace?— dije burlón.

—Duele.

Yo solté una carcajada, a la vez que Bon-Hwa ronroneaba en mi regazo.

—¿Vemos una película?— me preguntó Jungkook animadamente.

Negué con la cabeza y él me miró frunciendo el ceño. Sonreí al ver tal expresión en su rostro, lucía ser una mueca de disgusto en realidad.

—Quiero que vayamos al parque— repliqué caprichoso.

Él se encogió de hombros.

—Sí, desde luego— sonrió estando de acuerdo.

Yo le sonreí de regreso. Tenía tantas ganas de ir al parque aquel día, y no sabía ni siquiera el porqué de mis repentinas ganas.

viviendo con el nerd (kookgi) Adap.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora