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2 de Febrero del 2020; Seúl-Corea del Sur.

Los mensajes del aquel desconocido no cesaban, uno detrás de otro, a veces eran halagos sobre lo lindo que se veía cada día y a veces sobre cosas demasiadas aterradoras, ya sea sobre cómo quería que le desgarren la piel o el color de cuchillo que utilizaría en él, debido a eso desarrolló insomnio y paranoia, no habían días donde no procurará que todas las puertas y ventanas estuviesen cerradas, días donde no mire a otros lados buscando a esa persona que no para de enviarle aquellos mensajes, a causa de eso, su novio no paraba de preguntarle que era lo que le sucedía, se sentía mal por no decirle, por ocultar algo tan grave, sentía que estaba traicionando de alguna manera su confianza, pero tenía miedo, miedo de que aquel desconocido le hiciera algo o que intente decirle cosas malas, Hyuna ya lo sabía pero ¿Por qué su novio no tenía que saberlo? Esa pregunta siempre rondaba en su cabeza, esa y miles de preguntas más.

Se sentía solo, tenía a Wonho, Hyuna y un poco del apoyo del novio de esta, pero aún así se sentía solo, quería que todo volviese a ser como antes, las citas con Wonho, salidas con amigos, ir a la playa aunque sea para refrescarse un poco, hacer compras sin tener que mirar hacia todas partes, eran muchas cosas las que quería hacer sin tener miedo, presión o sentir que alguien lo perseguía, porque si, últimamente sentía que alguien lo perseguía, si no era hasta una cuadra antes de su casa, era en las instalaciones de la Universidad, soltó un suspiro inaudible, era demasiado exasperante la situación en la que se encontraba, solo rogaba que de alguna manera, fuera una broma.

(. . .)

Su caminar era pesado, era demasiado extraño esta vez, no sentía que nadie lo estuviese observando, tal vez solo eran paranoias suyas, o tal vez no, había llegado a esa etapa donde ni siquiera sabía quién era, ni que estaba haciendo, simplemente debería dejar que todo fluya, que todo suceda, ya no importaba nada de lo que pasase a su alrededor. De un momento a otro, sintió que chocaba con alguien, todas sus cosas se cayeron al suelo así mismo como las del contrario, rápidamente se agachó para recoger sus cosas, así mismo lo hizo la otra persona.

-Perdóname, iba concentrado en mis asuntos que no me fijé por donde caminaba-habló primero ya que en efectivo el tenía la culpa, aún no levantaba su mirada para ver quien era, no quería hacerlo sentia que se le caería la cara de vergüenza.

-No te preocupes, yo tampoco me fijé por donde iba, no pasa nada-Sonrió, pero su sonrisa no era para nada amistosa, así lo sentía Hyungwon.

-Bueno, está bien...-confundido Hyungwon le pasó el último libro que faltaba por recoger a ese desconocido.

-Lee Minhyuk, pero puedes decirme Minhyuk- aún si sacar aquella sonrisa, recibió su libro y lo guardo en su bolsa de color negro. Su voz era demasiado suave, demasiado varonil, sentía que le susurraba al oído un canción de cuna.

-Oh, un gusto, y enserio lo siento, mi nombre es Chae Hyungwon-dio una pequeña reverencia, sonrojado levemente, debido a la vergüenza.

Ya con la vista enfocada en frente, lo vio con claridad, de hecho, Minhyuk se parecía un príncipe sacado de un cuento de hadas, simplemente hermoso, pero para él, el único que estaría siempre sería Wonho, sonrió amigable, mientras que el contrario solo se dedicó a asentir levemente con la cabeza.

-espero que nos volvamos a ver pronto-su tono era demasiado lento, maquiavélico, sentía escalofrío cada vez que hablaba, tenía ganas de salir corriendo, sentía que algo andaba mal.

Con movimiento leve de cabeza, se despidió y salió lo más antes posible, sintiendo como si en algún momento el lo fuera a seguir.

Minhyuk lo único que hizo fue reír levemente.

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