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17 de Abri del 2020; Seúl-Corea del Sur

—M... Minhyuk...para, por favor—Batalló para que Minhyuk pueda escucharlo. Pero lo único que recibió fue una bofetada.

—Cállate maldita perra—Escupió aquellas palabras con demasiada furia. —espere demasiado por tenerte, tuve que hacer movimientos sucios para que ahora estés conmigo ¿y es así como me pagas?—su rostro demandaba demasiada furia, estaba rojo, flameante.

Pero aquel rostro cambió por uno de sorna, su sonrisa a una cínica y su tono de piel volviendo a su Estado natural.

—¿Te gustó el regalo que te hice en la puerta de tu casa? Sentí que era demasiado, pero cuando ví tu cara aterrorizada, supe que hice lo correcto—Con su mano en la quijada y su caminar tan pulcro, se paseaba por la extensión que aquella habitación podía tener.

Y Minhyuk lo miró con una sonrisa divertida.

—Daba buen sexo ¿Verdad?—Cuestionó con diversión.

Hyungwon no sabía a lo que se refería. Pero una patada en las costillas lo hizo reaccionar. Y nunca se sintió más tonto por amar a Wonho de una manera demasiado fuerte.

—Ooooh, ya te diste cuenta... Fuiste uno más de su colección, él tenía otro novio ¿Sabes? Era alto, Moreno, musculoso, como un Dios griego—Sus palabras eran como estacas a su corazón, lastimaban demasiado a su corazón.

Sus lágrimas empezaron a salir, y en aquel cuarto solo se escuchaban sus sollozos, de nuevo sintió un fuerte artos en su mejilla.

—¡Deja de llorar! De seguro él se debe estar riendo de ti en su maldita tumba, pensé que era un sabelotodo, siempre salía con chicos y chicas diferentes, los fines de semana, cuando tu te aquebrantabas tus neuronas en esa mugrosa biblioteca, lo único bueno que vio en ti, fue las respuestas en los exámenes y las tareas bien hechas que tu le hacias— una risa contundente inundó la habitación, era tan maquiavélica.

A Minhyuk le parecía divertida la situación, pero a Hyungwon no, sentía su corazón partirse en miles de pedazos.

¿Debería creerle o seguir creyendo lo que sus sentimientos sintieron en aquellos fervientes momentos?

—Ha sido mucho por hoy cariño, aún faltan miles de sentimientos que debo de demostrate, no seas impaciente mi vida, el último será el mejor— Vió como se alejaba, sintiendo alivio de que se fuera, pero sabía que pronto iba a volver.

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