Atrapada en la ficción (Danganronpa V3)

13| Confianza

—En ese caso, Ryoma está libre de sospecha —observó Rantaro—. Él no pudo entrar en el baño de la chicas por las normas de Monokuma, por lo tanto es inocente.

—¿¡El culpable es una chica!? —gritó Tenko, aterrorizada—. ¡Tiene que ser un error!

—Vamos, Tenko, tú misma viste los arañazos en el lavabo —insistí—. Fueron hechos al intentar lavar el cuchillo.

—Bien, ahora que hemos concluido que Ryoma no puede ser el culpable —anunció Kokichi, ansioso por tomar las riendas del debate—, podemos creer su testimonio. Pero la pregunta clave es, ¿cómo cerraron la puerta secundaria?

¿Ahora sí se pone serio? ¿Es bipolar?

—Más bien, debemos resolver primero otra pregunta —intervino Rantaro—. ¿Por qué cerrar la puerta principal?

—Para obligar a Kaede a entrar por la otra puerta —declaré.

—Pero ¿para qué querría el asesino que Kaede entrara por la otra puerta? —preguntó Kaito, confuso.

—Creo que fue una cuestión de precaución —puntualizó Kirumi.

—Por favor, ¿le importa explicar con más detalle? —le pidió Keebo, confundido.

— Será un placer —asintió Kirumi—. La puerta principal de la sala de juegos está directamente alineada con el pasillo que da a las escaleras. Por lo tanto, si se encuentra abierta, se puede ver todo el interior de la sala de juegos. En cambio, si la cierras, te aseguras de que nadie presencie tu crimen.

—Tiene sentido —canturreó Angie con las manos sobre sus cachetes—. Atua está de acuerdo con Kirumi.

—Kehehe, sí, con esa estrategia evitas ser pillado en el acto —añadió Kiyo—. Ha sido un movimiento muy inteligente por parte del perpetrador.

—¿A qué te refieres? —preguntó Tsumugi.

—Si estás en pleno asesinato y alguien intenta entrar a la sala de juegos, muy probablemente lo hará por la puerta principal, como hizo Ryoma —explicó Kiyo—.
Cuando esa persona intentase abrir la puerta desde fuera, alertaría al asesino de su presencia. Y éste podría ocultarse a tiempo para evitar ser descubierto.

—Ahora que lo dices... —murmuré para mis adentros—. ¿Y si eso fue lo que pasó? ¿Y si el asesino estaba dentro de la sala cuando Ryoma trató de entrar?

—¡Impresionante, (t/n)! —proclamó Kokichi con un tono burlesco—. !Has llegado a la conclusión tú solita! Pensé que te iba a tener que ayudar, pero veo que ya no hay tantas telarañas en tu cerebro.

—¡Ja! ¡Te ha llamado estúpida en tu cara! —se mofó Miu, señalándome mientras soltaba una carcajada.

Torcí los labios y me crucé de brazos.

—Es imposible que el asesino estuviera dentro cuando Ryoma quiso entrar —gritó Kaito, de repente.

—De hecho, no lo es —terció Rantaro.

—¿Cómo explicas entonces que Ryoma no lo viera? —espetó Kaito.

—No te creía tan idiota, Kaito... —suspiró Kokichi, y luego esbozó una amplia sonrisa—. Mentira, sí que lo creía. Aunque pensé que serías menos estúpido que la cerda de Miu.

—¿Qué has dicho de mí, cuerpoescombro? —bufó Miu—. ¡Voy a aplastarte la cara con mis tetas!

—Chicos, calmaos —intervino Rantaro, antes de que Kokichi le respondiese a Miu—, no tenemos tiempo para pelear.

—¡Pero tampoco sabemos cómo el asesino cerró la segunda puerta! —exclamó Tenko.

Me tambaleé sobre mis talones con nerviosismo. No tenía ni idea de cómo el asesino había cerrado la puerta secundaria. Por más que estrujara mi cerebro no se me ocurría nada. Eché un vistazo a las caras de los demás y parecían tener el mismo problema que yo. Hasta que me fijé en Shuichi, quien parecía haber dado con la clave, pero no se atrevía a decirlo en voz alta.