Capítulo 63

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Keebo había quedado completamente aturdido después de largas horas de explicación detallada sobre lo ocurrido cuando él no estaba. Fue demasiada información en muy poco tiempo y eso lo sabíamos.

Al recordar la muerte de nuestros compañeros se nos revolvió el estómago, por ello cada uno se fue por su lado para intentar distraerse en cuanto pusimos a Keebo al día. Estábamos felices de que hubiese vuelto, pero a la vez el tenerlo a él de vuelta nos hizo recordar que hay otros que nunca podrán volver. Fue una extraña sensación, pero necesitábamos un tiempo para nosotros mismos, hasta el propio Keebo lo necesitaba.

Estaba sola en mi habitación, tumbada en la cama y mirando a un punto fijo en el techo. No tenía otra cosa mejor que hacer en ese momento o quizá solo quería vaguear un poco. Ultimamente me encuentro agotada, puede que tenga que ver con el maldito virus...

A veces me olvido de él, al igual que me olvido de donde vengo. Supongo que es mejor así. Pensar en cosas que no se pueden solucionar, cosas que son imposibles, no vale la pena, ¿verdad?

Cosas imposibles...

Una de ellas sería el que yo esté aquí, es algo imposible, ¿no?

Sin embargo aquí estoy, atrapada en la ficción.

Si hace unos meses me hubieran dicho que me iba a colar como una estudiante más en uno de mis videojuegos favoritos, hubiera estallado en carcajadas, probablemente hasta revolcado por el suelo.

Era impensable en ese momento, pero ocurrió. Si algo así pudo pasar, ¿significa que no hay nada imposible?

Llegué a la academia pensando que tenía ventaja sobre todos, ya que conocía la historia original. Pero ahora no estoy tan segura de eso. Quizá sé menos de lo que creo, o quizá solo intento ocultarme a mí misma la gran verdad. Una tan cruel, que supera con creces la ficción.

Me incorporé en la cama y me apoyé en la cabecera con las piernas recogidas. Busqué la foto entre mi ropa, esa en la que salgo abrazando un peluche de Monokuma con una sonrisa muy escalofriante. Me quedé un rato observándola mejor, yo ni si quiera tuve nunca un peluche como éste. Si es verdad que era fan del juego, pero nunca gasté dinero en merchandising.

¿De dónde demonios han sacado esto? Al mirarla siento que hay algo dentro de mi cabeza luchando por salir. Y es muy doloroso. Pasé la yema de mi dedo por la esquina rota del papel, se notaba que había sido arrancada a la fuerza.

Siento que olvido algo...

Algo muy importante.

¿Quién demonios soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es lo que ha pasado con el mundo real? ¿Es si quiera esto ficción?

Me levanté de un salto de la cama mareándome en el acto. Quizá no debí ser tan brusca, pero no quería pasar un segundo más en mi dormitorio. El estar sola me hace querer buscar una respuesta a preguntas que simplemente no la tienen, al menos no por ahora.

Decidí darme un breve paseo por el exterior de la academia y así aclarar mi mente. De paso miraría si había alguien por allí. Me había pasado casi una hora en mi habitación comiéndome la cabeza y necesitaba urgentemente alguna interacción social. En cuanto llegué divisé desde lejos una figura sentada en un pequeño bordillo de piedra.

A medida que me acercaba pude distinguir a Keebo con los codos apoyados en sus rodillas metálicas. Su mirada se perdía en la lejanía y a pesar de que no era muy expresivo se podía intuir que no se encontraba bien.

Cuando llegué a su lado pude ver mi sombra reflejada en sus partes metálicas. El chico levantó la mirada y apenas hizo ningún gesto cuando estableció contacto visual conmigo. Simplemente desvió la mirada de nuevo hacia la lejanía. Nunca había visto a Keebo así, también es verdad que hacía tiempo que no lo veía...

Atrapada en la ficción (Danganronpa V3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora