Crybaby {Thornute}

8.

A la mañana siguiente, Thorfinn despertó gracias al olor del desayuno hecho por Canute, el rubio andrigino estaba sentado en la terraza bebiendo una copa de vino, sosteniendo el vaso de vidrio de una forma un tango particular. El salvaje joven lo miró con el ceño fruncido, desde cierta perspectiva se podría decir que Canute se veía, en cierta forma, bello, con la atmósfera pacífica de la mañana, los cálidos rayos de sol iluminando todo, etc; como una pintura.

Pero para este chico con problemas emocionales, no era tan así y no pasó a ser más haya que sólo una pequeña contemplación de alguien que se veía mejor que él físicamente. Canute escucho a Thorfinn sentarse en la mesa para comer los huevos con tostadas que dejó para él, una sonrisa burlona se tiñó en los labios del mayor.

—¿Qué acaso no querías comer nada de lo que yo hiciera?—mencionó con un egocentrismo y ganas de molestar al menor.

Thorfinn se sonrojo, avergonzado, ni si quiera lo miró a la cara, sólo continuó comiendo con un puchero en su boca, parecía un bebé.

—El bebito por fin quiere comerse su comidita.—siguió molestando Canute.

—Vete al diablo.—insulto, harto.—No eres la gran cosa cocinando.

—¿Eh?, ¿no?—alzó una ceja.—Si hasta lamiste el plato.

—¿Podrías dejarme comer en paz?, solo tengo hambre, eso es todo.—espetó.

—Ok, ok, disfruta, niño perro.

Con la última broma Thorfinn chasqueo sus labios y gruñó por lo bajo.

—Por cierto, termina rápido, hay que lavar tu ropa.

—¿Lavar?

—Si.—respondio.—Es tu ropa, tú la lavas.

—Como sea.

Habiendo sido planteado aquello, desde que terminó de desayunar fue tras su ropa para alistarla. Canute le había pedido que traerá la suya, que lo iba a ayudar. Thorfinn empezó a tomar las prendas del prostituto a regaña dientes, en ese momento, tomando una de ellas, sintió algo húmedo. Vio de que se trataba, resultó ser la ropa interior del escort, sucia de esperma que todavía no había secado.

Asustado y frustrado a la vez, Thorfinn grito, Canute entró de inmediato a la habitación, miró al menor con una extraña expresión de entre asco y ira.

—¿Qué sucede?—tomó un sorbo de vino.

—Tú...—se detuvo, le mostró su ropa interior.—¿Esto es semen?

—Si.—asintió y contestó con simpleza.

—Que asco.

—Eso tendrás que lavarlo.

—¿Porqué no mejor lavas tu propia ropa?

—Porque me la pase la noche entera trabajando, y me duele la espalda.—se giro.—Al menos que quieras darme un masaje.—le guiño un ojo, Thorfinn se sonrojo.—Solo bromeaba.—rió por lo bajo.

—No seas pendejo.

—Muy bien, ponte a hacer lo tuyo, aprovecha que hay mucho sol.

El menor se quejo por lo bajo, no quería hacer trabajos domésticos, pero ese no era el principal problema, el principal problema es que él no sabe lavar bien.

—Oye.

Lo llamó, Canute lo miró.

—¿Qué?

Thorfinn, tragandose la arrogancia, dijo con vergüenza:

—Enséñame como lavar.

Las palabras del muchacho casi hacen reír a Canute, pero no se negó, después de todo, él viene de un lugar en donde no le permitían hacer ese tipo de cosas por su estatus.

—Está bien.—dijo.—Pensé que todos los chicos de barrio sabían hacer cosas domésticas.

Thorfinn rodó los ojos, sonrojado.

—Bueno, vamos haya.

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Un capítulo corto, lo sé.

Digamos que esto se pude considerar un relleno, para mi no, sino más bien una pequeña muestra de que Thorfinn y Canute se están acercando.

No sé cuando actualizaré, me olvide un poco de la trama y tengo que aclarar mis ideas.

Además mi cerebro esta muy cansado, no es el mismo de antes al parecer.

Adiós, pasen buen día.