1. Reencuentro con Andrés de Fonollosa

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Era domingo por la noche y Alicia Sierra estaba sentada frente a su escritorio, trabajando arduamente como era usual en ella. Aunque aquel era su día de descanso siempre dejaba el trabajo listo para iniciar la semana, la excelencia no nacía sola y ella amaba su trabajo, por eso era la mejor. Al oír el timbre miró rápidamente la hora y supo que era su hijo; Isaac. El chaval pasó toda la semana con su padre, ella lo extrañó obviamente, pero el tiempo que tuvo para dedicarle al trabajo valía oro puro. Al abrir la puerta no encontró al susodicho, sino más bien a su -ex- esposo, Germán del otro lado. 

- Hola - A pesar de estar un poco más de dos años viviendo separados, la familiaridad entre ellos seguía intacta

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- Hola - A pesar de estar un poco más de dos años viviendo separados, la familiaridad entre ellos seguía intacta. Alicia le respondió con una sonrisa y él le hizo una mueca.

- Pasa hombre- Alicia se movió de la entrada un tanto extrañada, miró hacia el pasillo y su hijo venía con cara de pocos amigos.- ¿Qué ha pasado?- Preguntó acariciando la cabellera con rulos de su hijo.

- Pregúntale a este, que me exige respeto y él no tiene ni el mínimo ápice de respeto por mis cosas- Respondió el chaval un poco cabreado y sus padres lo miraron seriamente

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- Pregúntale a este, que me exige respeto y él no tiene ni el mínimo ápice de respeto por mis cosas- Respondió el chaval un poco cabreado y sus padres lo miraron seriamente.

- Eh, cuidando el tono niñato- El tono de voz de Germán era grave y molesto.

- Isaac...- advirtió su madre. Isaac respiró hondo y agachó la cabeza. Alicia dirigió su mirada a Germán en busca de una respuesta.

- Que me he enterado que el crío ha estado faltando a clases para irse de paseo con sus amigos, así que lo castigué y confisqué sus aparatos tecnológicos- Concluyó Germán bastante firme.

- ¿Pero de qué castigo hablas? ¡Eso es injusto! Mamá, que husmeó mis cosas, revisó mis chats-

- De acuerdo, eso estuvo mal- Dijo después de unos segundos de observarlos a ambos.- Pero también está mal que tú te saltes las clases y definitivamente vas a estar castigado por eso-

- Pero...- Intentó recriminar.

- Pero nada, a tu cuarto y nada de celular ni computadora- Decretó la pelirroja y su hijo se fue molesto hasta su habitación.

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