𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙄𝙄

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 Pesadillas


24 de abril de 1995


La misma casa, en la misma habitación, con los mismos demonios mirándome de las esquinas, yo intentando moverme, sin ningún éxito.

Mientras estos demonios, se movían hacia mi, empezaban a devorarme, me quitaban mis extremidades, además, sentía un enorme fuego que me quemaba el pecho.

Lloraba, lloraba tanto, que la habitación se empezó a inundar, los demonios que ahí yacían, se ahogaban con mis lagrimas de dolor  y sufrimiento.

Cuando ellos dejaron de moverse, su corteza negra se disipaba, y dejaba ver los cuerpos de mis difuntos padres...

Me pude empezar a mover, y nade hacia ellos.

Pero ellos abrieron los ojos de repente y empezaron a gritar.

ESTAS SOLA, NADIE TE SALVARA.

Empecé a sentir como caía a un pozo sin fondo, a lo lejos veía la luz desvanecerse, supe entonces que no iba a salir, cerro mis ojos y espere llegar al fondo. Pero escuche una voz que me llamaba por mi nombre.

Era... Bratt?





-DESPIERTA-







Eran las 8 de la mañana, el sol hacia su entrada en la ventana de mi habitación, extendí los brazos hacia arriba y di un bostezo largo. Luego de restregarme un poco los ojos para agudizar mi vista, me di cuenta que mi cama estaba totalmente desordenada.

Las sabanas fuera de su sitio, la almohada en el piso, las frazadas eran lo único que se había quedado en su sitio, pensé durante unos segundos el porque del desorden, pero antes que pudiera descubrir el porque de eso, Bratt toco la puerta.

-Mad, querida, estas despierta?- 

-Eh... Si, si, pasa Bratt- 

Cuando entró a la habitación, y miro el desorden, solo soltó un pequeño suspiro.

-Ah... Pesadillas otra vez?- 

-Si...- Asentí mirando hacia abajo

-Te he dicho muchas veces que puedes dormir en mi habitación, sabes que tengo dos camas...-

Dejo el desayuno en el escritorio y se sentó en la orilla de mi cama

-Lo se, lo se... pero no quiero invadir tu espacio, por eso tenemos habitaciones separadas...- 

-Pero no me gusta que sufras esas pesadillas, además, no me has querido contar todavía, de que se tratan...- Me quito un pelo que estaba en mi cara, y lo paso detrás de mi oreja, luego me sonrió.

-La cosa es que no los recuerdo Bratt, siempre cuando me despierto, simplemente los olvido al despertar- 

-Siento que me estas mintiendo, Mad. ¿Cómo es posible que olvides tus pesadillas?- Cruzo los brazos en señal de desconfianza.

-¿Acaso no confías en mi?-

-Por supuesto que si corazón, pero es que si no quieres contarme tus pesadillas, no es necesario que digas que no las recuerdas- 

-¡PERO SI NO LAS RECUERDO!- mi voz se transformo en una voz mucho más profunda, cosa que era de preocuparse, ya que mi voz era mucho más dulce.

-Creo que... mejor te dejo relajarte...- Salió de la habitación un poco agitado, y cerro la puerta suavemente.

-Pero que demonios fue eso?-


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Disculpen por el capitulo tan corto, pero es que no quería que pensaran que la historia estaba abandonada


【Angel Eyes】-̶  𝘉𝘢𝘭𝘵𝘩𝘢𝘻𝘢𝘳 𝘉𝘳𝘢𝘵𝘵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora