18/07/14

241 46 2
                                    

-Ven a ver esto -Sehun se encontraba en el comedor del apartamento, sus lentes reposando en su nariz mientras leía y tecleaba concentrado, Chanyeol se puso de pie caminando detrás de él observando la pantalla por encima del hombro del menor -¿Cuándo te volviste humano?, O más bien, dejaste de ser un fantasma.

-¿Tú cumpleaños, no?, 12 de abril-. Dijo aún leyendo la nota junto a Sehun -¿Sospechas qué eso este relacionado?

-Bueno, tu dijiste que asesinaste a la hermana de una bruja voodoo y que por eso estabas así, ¿No crees que esto tenga que ver? -la mirada de Sehun se encontraba llena de obviedad, Chanyeol suspiro cansado como respuesta, si era sincero no queria saber nada acerca de lo que pasaba o no pasaba en Inglaterra, solo quería olvidar todo lo que había hecho y lo que había pasado en aquel lugar, seguir adelante, pero Sehun se lo seguía recordando, si era sincero aquello parecía un castigo divino -¡Chanyeol!

-¿Qué pasa Sehunnie?

-¿Me estas poniendo atención?

-Si, entiendo tu punto, pero si soy sincero, estas cosas me son indiferentes. No quiero saber el por qué de todo esto, si te soy sincero me siento exhausto de este tema. Deberías seguir haciendo tus tareas, los exámenes son en poco tiempo, ¿Si? -Chanyeol beso la sien del menor y volvió a su trabajo revisando los exámenes, mientras Sehun obedecía haciendo su típico puchero, aquel que se formaba en sus labios siempre que Chanyeol no le daba la razón o no le seguía la corriente.

Según la nota periodística un sótano con aproximadamente 200 años de antigüedad había sido encontrado e incendiado, dentro se habían encontrado restos de diversos objetos, todos con particulares características bastante poco comunes, y todas aquellas cosas llegaban a un punto en común y es que según diversas fuentes aquel lugar era hogar de una familia que había sido acusada de brujería, lo que hacia aún más tétrico aquel lugar. Chanyeol seguía divagando en aquel pensamiento, hasta que sintió los brazos de Sehun envolver su cintura, al mismo tiempo que sentía la mejilla ajena apoyarse en su espalda, la calidez del pequeño cuerpo del menor no hizo más que relajarlo, haciendo que quedara dormido profundamente en pocos segundos.

DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora