CAPITULO 10

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Nos encontrábamos todos reunidos en la tienda de antigüedades, el aire estaba tan tenso que podíamos cortarlo con tijeras, nadie hablaba todos nos mirábamos entre nosotros, pero sinceramente me incomodaba ver a Noah, el día en la escuela fue horrible ya que nadie bromeaba y Noah durmió por 4 clases completas, estuvimos rotándonos para cubrirlo, rezando que ningún profesor lo llamara porque si tuviéramos la "suerte" era ir a dirección seguro, lo cual era lo bastante difícil, encendieron la televisión mientras esperábamos al abuelo de Noah, estaba cansada de estar parada, me trató de sentar pero llega el abuelo, a lo que todos nos volteamos a verlo.

—¿Qué querían hablar conmigo? — Dice en un tono cansado el viejo, me guiña un ojo y por inercia me acerco a Owen.

—Pues sí... quere — Samuel se ve interrumpido por Daarick.

—Ya sabemos todo de que esos 2 son dioses antiguos o yo qué sé, que es tan absurdo, así que queremos saber la verdad — Dice tan rápido y tan directo que sólo golpeó mi cabeza con mi mano, a veces podía ser tan directo y descortés, pero era su manera de ser malamente justificada — Y por favor calle ese sonido.

¿Había un sonido? Yo solo escuchaba el reloj.

—¿De qué sonido hablas joven? — Dice el viejo peinando la barba, sin duda estaba esperando su respuesta o pensando que estaba loco.

—Es como si un celular estuviera descolgado — Dice Daarick, se encontraba molesto.

—Yo también lo escucho es como si fuera Arena más bien — Dice Samuel —. No es tan molesto.

—¿No es una pizarra? — Dice Albert.

Todos empezaron a decir sus teorías de lo que escuchaban, y el viejo solo escuchaba atentamente mientras asentía con cada teoría del sonido, empezaron a discutir y el viejo da la espalda y camina haciendo que me dé cuenta de lo que estará por pasar, me siento un momento mientras miro a todos, ellos también estaban metidos en esto.

—Oh dios mío — Digo mientras me siento, las miradas confundas se posan en mí.

—¿Qué pasa? — Me dice Samuel confundido.

—Sí, cuéntanos Sejmet — Dice Noah mientras se acerca a mí, todo esto me confunde en la mañana pensaba ignorarlo y ahora detesto que me llamen así, me paro y me alejo de ellos.

—Necesito aire — Les digo mientras trato de salir.

—Voy contigo — Me dice Owen.

—No, necesitan quedarse aquí — Les digo —. Por favor...

—Cuídate y cualquier cosa llámame — Tomo mi celular, mientras les digo que volveré pronto.

Ellos asienten y salgo de la tienda, camino y camino, mis pensamientos me acorralan, pienso en lo de ser una "Diosa", realmente tengo las memorias de mi pasado, la guerra contra Seth, que ganamos pero el juro volver...

En mis recuerdos antiguos miro mi sed de venganza a la humanidad, querer ser superior, ser hija de Ra, la esposa de Ptah y la madre de Nefertum, todas esas ideas me marean, en mi vida pasada mis manos fueron manchadas por sangre, maté a inocentes por propia satisfacción, bebía sangre y solo la cerveza teñida de rojo me hacía rojo me hacía cambiar de opinión, ¿Por qué llegué a tomar esas decisiones?

Acaso la verdadera villana era yo...

Paso por una tienda y me miró en el espejo, mi cabello lacio tiene tonalidades rojizas cuando era café, no entendía nada de lo que estaba pasando, tomo mi celular y marcó al Dylan, no hay respuesta, lo necesitaba, no sabía bien que le diría, pero necesitaba escuchar su molesta voz que me daba calma, me manda a buzón, así que solo le pido que me llame cuando pueda o me busque en casa, sigo caminando hasta que me encuentro en un parque, el parque donde conocí a Owen, me siento en una banca y las lágrimas comienzan a fluir, jamás pedí ser alguien que tenía que salvar el mundo, ¿Por qué los dioses decidieron por capricho escoger a 8 adolescentes?

Que apenas pueden con sus pensamientos, y por qué a mí, no tenía nada de especial, todo lo especial era mi padre, yo soy solo la hija de un famoso arqueólogo y una famosa diseñadora que le importaba más las apariencias que su hija, ¿Por qué yo tenía que ser? Estaba tan harta y cansada de todo esto, que sentía mi cabeza a punto de estallar, no podía aguantar ni un minuto más, pues estaba tan cansada que solo quería cerrar mis ojos y despedirme de todo, dormir y no despertar hasta que esto acabe, esta que esto sea una pesadilla, pues pareciera un estúpido libro de Wattpad, donde la fantasía supera la realidad, o bien ser una superheroína de Wattpad que era fuerte, indestructible, sin problemas interiores ni con sus ideales... Esta era la vida real, y ningún adolescente estaba listo para esto.

—Hey extraña — Levantó la cabeza y está Dylan, con esa característica mueca.

—Hey — Me muevo para que se siente a mi lado, su presencia me daba esa calma que tanto buscaba, un segundo de tranquilidad.

—¿Por qué estás tan callada? — Me dice mirándome.

—Siempre he sido callada— le digo sosteniendo su mirada.

—No quiero pelear, la victoria es de Adeline Allen, ahora me dirás ¿Qué pasa? — Me dice desviando la mirada.

—Solo estoy algo estresada, me enteré de muchas cosas y no sé qué hacer— Le dije ocultando mi cara en mis manos, mientras me limpio las lágrimas.

—Dime yo te ayudo — Me dice pasándome una mano por la cabeza.

—No me vas a creer...— Lo miró y él está mirándome.

—Te conozco desde hace 5 años, no pierdes nada con intentarlo — Me dice mientras se mueve raro, me da risa por qué está haciendo su mayor esfuerzo para hablar conmigo, le da pena hablar con chicas, y aunque fuera su mejor amiga, le costaba hablar conmigo.

Tenía una promesa de nunca mentirle a pesar de que tan mal fuera el momento y quisiera ocultarlo, pero que hacer cuando la verdad suena un poco realista y se escapa de la compresión de alguien normal que hacer cuando sabes que nadie te va a creer ¿Aun así contarías el suceso?

—¿Entonces? — Esperaba mi respuesta.

—Estoy algo agotada... Lo de mi padre es un factor — Una verdad a medias, es mejor que una mentira completa.

—Uhm... Las cosas pasan por algo creo... — No sabía consolar a las personas así que era normal, que fuera así de distante, me hace reír, pero su mirada acusadora hace que se desvanezca esa sonrisa.

—No te preocupes, solo duele un poco, creo que es porque la herida es reciente — Le digo restando un poco de importancia, me apoyo un poco en su hombro a lo que él se quita, dejándome apoyarme solo con la orilla.

—¿Hay algo que más que me quieras decir? —  Añade.

—Soy una diosa egipcia — Le suelto casi en un susurró e involuntariamente, como si debiera de decirlo, aunque no quisiera hacerlo.

DIOSES: Los nuevos héroes de Egipto © [#PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora