Tranquility base Hotel & casino - Alex Turner.

27

- Bien, aquí estoy. - comenté sentándome enfrente de Alex, en el buffet de el hotel que estaba bastante concurrido de gente.

- ¿Cómo estás?¿Emocionada? - preguntó mientras me entregaba el menú.

- Meh. -  hice una mueca. El rió.

- Eso es porque aún no has viajado conmigo a Las Vegas conmigo, nena. - me guiñó un ojo. Yo me sonrojé y volví mi vista al menú. - Ordena lo que quieras, yo te invito.

- Pediré un sándwich con un jugo de naranja. - ordené rápido y el asintió. Llamó a la camarera y luego de dictarle nuestro pedido, ésta se marchó.

- ¿Has ido a Las Vegas antes? - preguntó minutos después cuando nuestra comida ya había llegado.

- Nunca. - negué con la cabeza probando mi sandwich. - ¿Y tú?

- Dos veces, es increíble. - sonrió comiendo de su plato.

Terminamos nuestra comida en una hora, y subimos por nuestras maletas para dirigirnos al aeropuerto junto al equipo, pues ya era la hora de marcharnos.

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Al subir al avión, deduje que viajaría en primera clase, junto a Alex. Aún las cosas seguían un poco tensas, al menos para mí.

El actuaba como si nada hubiese ocurrido, y no se si eso me gustaba o lo odiaba.

- Espero que tengan buen servicio. - comentó, deduje que bromeando. El realmente no era así.

- Yo lo único que quiero es dormir. - comenté acomodándome en mi asiento, colocándome el cojín de viaje en el cuello.

- Dormilona, extrañaba eso de ti. - sonrió, yo lo ignoré mientras me recostaba un poco. - Hey,¿Ya vas a dormir? Ni siquiera despegamos. - comenzó a reír. Yo lo miré fulminante.

- Van a tardar mil años hasta que suban todos. - me quejé, Al seguía riendo.

- Vamos, no te duermas aún. Quiero hablar muchas cosas contigo. - se acomodó en el asiento para quedar frente a frente conmigo.

- ¿Qué quieres saber?.- Fruncí el ceño. - Ya lo sabes todo de mí, Alex.

- Mardy Bum... - bufó. - Quiero saber que hiciste éstas semanas... - Abrí mi boca para soltar mi enojo, pero el me detuvo enseguida. - No, no lo malo. Quiero saber lo bueno, quiero saber qué te hizo reír, que te hizo feliz, que cocinaste de rico, qué película nueva viste, a quienes visitaste... - Lo miré pensativa. Se había comportado como un maldito idiota, pero siempre sabía sacar lo mejor de ti y arreglar hasta las peores situaciones con sus suaves y tiernas palabras.

- Bien... Mi trabajo y mis amigos me hicieron feliz. - comencé a contarle mi estadía en Londres, obviamente, sin él. - Me hizo feliz salir a caminar bajo la lluvia, reproducir nuestros videos juntos...- hice una mueca. El posó una mano en mi mejilla, mirándome fijo con esos grandes ojos cafés.

- Omite esa parte, esa parte quiero que me la cuentes después... - me interrumpió sonriendo de lado. Me pregunté por qué.

- Bien... Cociné tarta de manzanas como la que hace mi madre. - el hizo una expresión exagerada.

- Ow, la mejor tarta de manzanas que probé. - Se llevó las manos a la cara y yo reí. Por primera vez, después de tanto tiempo. El me miró enseguida y alzó ambas cejas. - ¿Hey, me pareció escuchar una risa? - comentó feliz intentando hacerme cosquillas con sus dedos. Yo negué rápidamente.

- Para nada. - fingí mirando hacia el frente, conteniendo la risa. El asintió incorporándose.

- Ajá, claro. - sonrió mirándome de soslayo.