3. Hablemos de ciencia

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El Sr. Guten miró a Simona sonriendo.

- Ya está todo preparado...

Simona le devolvió la sonrisa y le miró a los ojos.

- Eso quiere decir que los nuevos Elementos llegarán a Halton esta misma tarde, ¿verdad?

El Sr. Guten no dijo nada. Solo asintió con la cabeza. Esta vez estaba seguro de que sería un éxito. Esta vez no dejarían escapar a los Elementos.

Aquellos chicos junto a Morgan y Logan serían los Elementos definitivos. Para siempre...

Uno de los guardias vestido de negro se acercó al Sr. Guten y le susurró algo al oído. Algo que Simona no pudo oír.

- ¿¿Cómo?? ¿¿Que se ha marchado?? ¡Deben encontrarlo!

Simona miró al Sr. Guten incrédula.

- ¿Qué es lo que ocurre?

- Greg, el nuevo Elemento Fuego se ha escapado de casa. Es como si supiera que íbamos a ir hoy a por él.

- ¿Cómo vamos a encontrarlo entonces?

- Los guardias se encargarán de recorrer Alemania milímetro por milímetro hasta que lo encuentren.

Esto último lo dijo mirando al guardia que ya salía por la puerta.

Éste aprobó el mandato del Sr. Guten y salió corriendo a avisar a los demás guardias de su misión.

- Espero que lo encuentren pronto.

- Los guardias son infalibles. Estoy segura de que harán todo lo que puedan por usted, señor.

- Sí, eso espero...

Y, esto lo dijo con una mirada frívola que miraba al infinito.

***

Brad pasó a buscar a Sarah a las ocho, como antes le había dicho. Los padres de Sarah no parecieron oponerse a dejar salir a su hija con el que había sido su profesor particular hacía años.

Al fin y al cabo, acudir a una reunión de tan alto prestigio era una buena excusa para que Sarah marchara con él.

Brad se ofreció a llevarla en coche. Era un Mercedes de color negro brillante. Casi parecía sacado de una película de los años 80.

Brad ofreció a Sarah sentarse en el asiento de copiloto y ésta aceptó encantada.

¡Iba a conocer a premios Noveles de la Ciencia!

Sarah se sentó en el asiento del auto, entusiasmada. El glamour ya se respiraba en el aire.

Brad se colocó el cinturón y arrancó el coche. Enseguida, encendió la radio y sonó una canción de Jazz. Sarah sonrió nerviosa al ver cómo Brad tarareaba la letra de la canción.

Se notaba que era bastante mayor que ella. Sarah ni siquiera escuchaba aquel tipo de música. Para su gusto era demasiado... Antigua.

Sin embargo, estando en aquel coche con Brad, escuchando las notas de aquel blues, Sarah se sintió mayor. Era como si por fin hubiera encontrado su lugar idóneo en el mundo.

Se sentía muy a gusto con aquel hombre. Era tan inteligente, simpático, caballeroso...

Sarah intentó apartar aquellos pensamientos de su cabeza que no hacían más que distraerla. ¿Acaso sentía algo más fuerte hacia Brad? ¡Por Dios si era una cría de dieciocho años y él un adulto de casi cuarenta!

Brad se colocó unas gafas de sol. Sarah se preguntó por qué lo hacía si apenas había Sol en el cielo.

- ¿Gafas de sol? - le preguntó extrañada.

© Saga Elementos: Agua (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora