7. Una asombrosa misión

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Llegaron las seis de la tarde. Tenían cita en aquella misteriosa sala. La Sala de Las Sillas.

Lizzy y Greg se dirigieron hacia allá. Donde Morgan y Logan le habían indicado anteriormente a Lizzy.

Se encontraron con una enorme puerta. Una puerta que de momento, permanecía cerrada.

Lizzy y Greg esperaron hasta que ésta se abrió.

- Pasa tú primero- le dijo Greg a Lizzy.

- Está bien. Las mujeres primero, ¿no?

El interior de aquella sala era espectacular. Las paredes blancas daban un aspecto de luminosidad y amplitud al habitáculo. En el centro había una mesa rectangular con varias sillas.

- Increíble...-exclamó Greg.

- ¿Sí, verdad?

Un hombre mayor con el pelo canoso apareció bajando las escaleras que llevaban a un segundo piso.

Vestía muy elegante. Demasiado. ¿Dónde se encontraban y quién era realmente aquel hombre?

- Bienvenidos, jóvenes. Soy el Sr. Guten y a partir de ahora, vuestro instructor. Los dos habéis sido seleccionados entre muchos para llevar a cabo una de las mayores tareas de Halton.

Lizzy y Greg se miraron asombrados. ¿Habían sido seleccionados? ¿Para qué? ¿Por qué ellos?

El Sr. Guten siguió hablando ante la admiración de los chicos.

- Halton va a desaparecer. El mundo se acaba y solo vosotros sois capaces de solucionarlo.

- ¡¿Qué?! ¡Eso es una locura! ¿Cómo vamos a solucionar eso?- gritó Greg.

El chico no podía creer lo que acababa de escuchar. Ellos eran unos vulgares adolescentes y este hombre- al que desconocían por completo- les estaba encomendando una de las mayores tareas jamás realizadas. Salvar al mundo. ¡Qué barbaridad!

- Vaya, me recuerdas mucho a Aidan...

- ¿Quién es Aidan?- preguntó Greg cada vez más asombrado por lo que les decía ese señor.

- Fue el anterior Fuego.

- ¿Cómo?

Lizzy no podía pronunciar palabra. Su rostro pálido no parecía recuperar su color habitual. Tan solo se limitaba a mirar y a escuchar la conversación entre su nuevo amigo y aquel hombre.

- Cada uno de vosotros sois un elemento: Fuego, Tierra, Aire y Agua. Juntos, seréis imprescindibles para el horrible destino que le está por llegar.

Greg y Lizzy no podían articular palabra. Ambos estaban asombrados, y notaban cierto nerviosismo en su interior, como si pronto algo terrible estuviera por llegar.

- Tú, Greg eres Fuego. En cambio tú, Lizzy, eres Agua.

Los dos chicos se miraron y a continuación siguieron escuchando a aquel hombre con atención.

El Sr. Guten comenzó a explicarles cuál sería su primera misión. La Fase 1.

Si la pasaban, pronto comenzaría la Fase 2. Si no lo hacían, no sabían exactamente lo que les podría pasar.

***

Aidan no pudo evitar contemplar el lloroso rostro de Sarah, humedecido por tantas lágrimas que salían de sus ojos.

- Te eché muchísimo de menos. Más de lo que puedes imaginar- le aseguró Sarah.

- Todo ha pasado tan rápido. Me quedé inconsciente tras aquella prueba. Y en unos minutos me encontré en el hospital sin recordar absolutamente nada de lo que había vivido.

Sarah le miró con sus brillantes ojos azules.

- Temía perderte.

Aidan no podía creer que esa chica le hubiera echado tanto de menos. ¿Acaso habían sido algo más que simples amigos? La verdad, es que, sin saber por qué, aquella chica le llamaba la atención.

Era realmente guapa. Incluso había olvidado a la sexy Gabriella tras haberla visto. Sarah era preciosa y, desde luego, tenía unos ojos preciosos.

- Perdona que te pregunte pero, ¿qué hay de ti? ¿Por qué no has parado de llorar desde que nos hemos encontrado?

- Prefiero no recordarlo si no te importa...

Sarah se frotó los ojos llevándose en su manga parte del maquillaje que se le había corrido con las lágrimas.

Aidan prefirió no volver a sacar el tema. Aunque le parecía algo injusto que aquella chica no le contase nada, mientras que él le había narrado toda su vida.

- Bien, ¿por dónde empezamos? - sugirió Aidan.

- Por el principio. Debemos volver a Halton.

En ese momento, Sarah se levantó y caminó varios pasos hacia delante. De repente, sus ojos se quedaron observando un gran objeto que yacía sobre el suelo.

Se trataba de un libro. Sarah lo cogió y, pudo leer el título La Historia Jamás Contada.

Curioso. Aquel libro era igual al que hace aproximadamente unos días había aparecido en su habitación.

© Saga Elementos: Agua (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora