Morgan parecía estar acostumbrándose a vivir en Halton. Llevaba prácticamente dos años viviendo allí y ya no se imaginaba estar en otro lugar. Ni siquiera echaba demasiado en falta a sus padres. Casi se había independizado totalmente de su familia y podría seguir viviendo sola por mucho más tiempo.
Logan, en cambio, solía tener pesadillas a las noches. Pesadillas en las que se veía atrapado en aquel pueblo aislado del mundo y no podía salir ni volver a casa fuera por donde fuese, como si se tratara de un laberinto.
Aquella mañana Morgan se levantó pronto. El sol apenas había salido y hacía el mismo frío de siempre.
Logan permanecía dormido. Morgan se preguntó si seguiría por mucho más tiempo dormido cuando levantara al fin la persiana.
Por lo visto, Logan estaba en uno de sus más profundos sueños. Porque parecía cómo si no se fuera a despertar durante mucho tiempo.
***
Abrió los ojos y se encontró en un prado verde. Sus pies descalzos acariciaban la hierba recién cortada. ¿Cuánto tiempo llevaría allí?
Recordaba haber visto ese paisaje mucho antes. Precisamente aquel lugar era uno de sus favoritos de la infancia. Logan había pasado en aquel prado días enteros. Le encantaba ir allí con su familia, amigos, e incluso había ido solo.
La naturaleza le hacía sentir un muchacho fuerte, sin límites. Cuando se sentía triste solía viajar a aquel lugar solo para respirar aquel aire tan puro y reconfortante.
Logan observó a su alrededor, y, por un momento, pudo oír la voz de un niño.
Aquella voz, sin saber por qué, le resultaba demasiado familiar. Demasiado para ser real. Era su propia voz hace diez años.
Logan intentó buscar a aquel niño inocente que había sido correteando entre los arbustos de aquel prado infinito.
Y, pronto lo encontró. Logan jugaba entre los matorrales persiguiendo a un pequeño conejito. Parecía poder atraparlo con facilidad. Sin embargo, el animalillo se le resistía.
Logan siguió observándose hasta que escuchó el sonido de un aleteo sobre su cabeza. Levantó la vista y se encontró con una enorme águila que parecía estar buscando algo en el césped.
Exacto. El águila estaba buscando al conejo. Logan pensó qué haría su yo pequeño para entrenerse después de que su presa fuera arrebatada por aquel inmenso animal.
El pequeño Logan seguía persiguiendo el conejo hasta que algo inesperado ocurrió. El águila se avalanzó sobre él cogiendo al muchacho por ambos hombros con sus fuertes garras.
-¡Suéltame!-gritó el muchacho desesperado.
Logan se quedó estupefacto ante aquella escena siendo incapaz de ayudar a aquel pequeño niño que se retorcía entre las garras del animal. Una vez más, Logan se sentía como un auténtico inútil.
***
Simona se encargó de Greg y Lizzy tras haber salido de la Sala de Las Sillas.
Los chicos permanecían callados. Seguían sin creer nada de lo que estaba pasando.
¿Cómo era posible que aquel pueblo necesitara su ayuda?
Simona les condujo a una casita que parecía acogedora hasta que entraron en su interior.
Aquella casa no se trataba de una vivienda, sino de un laboratorio.
Greg y Lizzy observaron horrorizados cómo miles de estanterías con frascos y animales disecados se extendían por toda la sala principal.
-¿Qué es todo esto?- preguntó Greg incrédulo.
- El Laboratorio de Halton. Es uno de los lugares más importantes del pueblo. Y vosotros os alojaréis aquí.
-¿No sería más conveniente dormir en un hotel?- preguntó Lizzy, tragando saliva.
Simona se rió. Lizzy se asustó todavía más al observar a la mujer riéndose. ¿Qué le había resultado gracioso de aquella pregunta?
-En realidad, la Fase 1 se desarrollará aquí. Deberéis estar aquí para iniciar vuestra preparación. Siempre que deseéis pasar la primera fase, por supuesto.
Lizzy estaba horrorizada. No quería ni pensar en qué consistía aquella prueba ni en qué consistiría aquella preparación de la que Simona les había hablado.
En ese momento, Simona avanzó un poco más y se adentró en una habitación. Al salir de ésta, no iba sola.
-Os presento a Marcus. Él será vuestro guía en la Fase 1.
Marcus era un joven científico. A Lizzy le pareció bastante atractivo a pesar de su aspecto desaliñado y de su aire de misterio. Era alto, moreno y tenía unos preciosos ojos grises que parecían capaces de leer el alma con cada penetrante mirada.
Simona les dejó junto a aquel misterioso joven antes de salir dándole a éste un suave beso en los labios.
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© Saga Elementos: Agua (II)
FantasíaDos Elementos desaparecidos. Un engaño. Tierra y Aire deberán reunirse con Fuego y Agua en la carrera a contrarreloj más importante de sus vidas. El Fin del Mundo cada vez está más cerca...