La esquina inferior de la pantalla de la laptop marcaba las 3:00 a.m. Me quité los lentes y suspiré cansada, estirándo un poco el cuerpo para deshacerme del entumecimiento que me había causado estar sentada sobre el sofá con las piernas cruzadas y la laptop sobre ellas durante algunas horas. Tenía mucho trabajo que no quería dejar para después, pero sinceramente ya me pesaban un poco los parpados a causa del sueño.
Estaba considerando irme a la cama cuando el silencio absoluto de la madrugada fue interrumpido por una vocecita tímida que venía de el pasillo.
-¿Mami?
juggy llegó hacia mi con los ojos llorosos, la naricita enrojecida y el chupón en la boca, arrastrando consigo una sábana a la que se aferraba fuertemente.
-¿Que pasa bebé? ¿Por que lloras? -pregunté, extendiendo automáticamente mis brazos para que que acercara a mi. Él se acercó y dejó que mis brazos lo envolvieran.
-Fue horrible-lloriqueó.
-¿Que fue horrible, mi amor?-llevé una de mis manos a sus párpados para secarle las lágrimas.
- Tuve una pesadilla- dijo asustado, sacando el labio inferior en un gesto adorable.
-Oh, pobrecito bebé
-Había un monstruo y...y-estaba respirando irregularmente a causa del llanto-y cuando me desperté mami no estaba ¡me abandonaste y me asusté mucho!-dijo entre lágrimas-¿por que me dejaste solito?-me miró resentido, haciendo un puchero.
-No te abandoné mi amor-lo consolé, acariciando su espalda para intentar tranquilizarlo-es que tengo mucho trabajo, lo siento bebé.
-Tengo miedo...
- Tranquilo, todo está bien, mami está contigo -le aseguré-Ven, vamos a la cama para que vuelvas a dormir.
Lo ayudé a levantarse, apagué la laptop y lo tomé de la mano para dirigirlo a la habitación.
Una vez en la cama lo arropé con las sabanas y le di a su peluche favorito para que abrazara mientras yo iba a la cocina y le calentaba un vaso de leche.
Jughead bebió despacito y para cuando terminó el vaso ya estaba más tranquilo. Lo ayudé a acomodarse para dormir y me recosté a su lado.
-Puedes dormir tranquilo bebé- le susurré mientras lo confortaba acariciando sus suaves mejillas -me quedaré aquí contigo.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo, conejito.
-Entonces por favor abrázame mami -suplicó-me siento más seguro así.
-Claro mi amor.
Le di un beso en la frente antes de acurrucarlo en mis brazos y susurrarle cariñitos hasta que volvió a hundirse en mejores sueños.
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