Después de haber detenido a Jonathan y haber perdido a una de sus amigas, Aura Lightwood se convirtió en la shadowhunter más famosa y más querida por todos los shadowhunters. Era considerada una leyenda entre su mundo.
Poco tiempo después de aquello, Jace decidió irse para intentar conseguir que Clary pudiese volver con ellos y que volviese a ser la misma que siempre, pero no parecía dar resultado. Por desgracia, una tragedia llegó hasta la familia Lightwood y la vida de la gran shadowhunters dio un giro de 180° después de que su hermano mayor, Alec cayera enfermo con una grave enfermedad incurable para los shadowhunters.
Aura se dispuso a pasar el mayor tiempo posible con su hermano, al igual que su gran amigo Magnus Bane y tratar de conseguir que Alec pudiese irse con unos precioso recuerdos a otra vida, en la cual esperaría a su querido esposo y a las mujeres de su vida. Sus dos hermanas Aura e Izzy.
Un día, mientras Aura estaba ayudando a Simon para tratar de buscar una cura que le hiciese volver a ser humano, la pequeña de los Lightwood recibió una llamada, la cual resultó ser de su hermana mayor, Izzy. Esa llamada confirmó los peores temores de la leyenda de los shadowhunters y Aura se dirigió corriendo de vuelta a su hogar, junto con Simon intentando tranquilizarla para que no le pasase nada en el trayecto. Cuando por fin llegaron, Aura entró corriendo escaleras arriba hacia donde estaba la habitación de matrimonio de Magnus y Alec y lo que vio allí, fue lo que le hizo romperse por completo.
En aquel momento, el cuerpo de su hermano yacía sin vida en la cama del matrimonio y su hermana estaba llorando abrazada a él, mientras Magnus estaba sentado en un rincón de la habitación con la cabeza escondida entre sus piernas, mientras se oían unos pequeños sollozos por su parte. Aura se acercó a su difunto hermano, se sentó en la cama de él, con lágrimas cayendo sobre la tela de la cama y entonces ella agarró la mano de su hermano y dijo:
–Gracias por haber sido un hermano maravilloso y por ser la mejor persona que haya podido conocer... Gracias por haberme cuidado y protegido durante estos años y por haberte convertido en mi mejor amigo durante esta gran etapa de nuestras vidas... Te quiero.–Tras decir estas palabras, Aura se acercó a su hermano y le depositó un beso en la frente, para después disponerse a levantarse y dirigirse hacia Magnus, el cual no se había levantado del suelo. Después de verlo así, decidió levantarlo y darle un abrazo, dejando que el gran brujo se desahogara con ella, para más tarde sacarlo de la habitación y preparar las cosas para el funeral.
***
4 años después de la muerte de su hermano, las cosas cambiaron en aquel lugar. Aura y Magnus se hicieron más cercanos y comenzaron a vivir juntos para tratar de cuidarse el uno al otro y porque ambos necesitaban apoyo moral de alguien cercano para poder superar esa gran pérdida. Había algunas ocasiones en las que se había dado entender ideas como las que rondaban en la cabeza de la leyenda shadowhunter. Aura llevaba un tiempo pensando en que tal vez Magnus comenzaba a sentir cosas por ella, pero ella no podía permitirse hacer eso. Es cierto que ella también había comenzado a desarrollar sentimientos hacia él a lo largo de esos 4 años viviendo juntos, pero no podía... No podía ser él... Debía respetar a su hermano ante todo, aunque él ya no estuviese allí.
Un día, después de haber madrugado decidió salir de casa para aclarar sus ideas y cuando quiso paz y tranquilidad, decidió irse al cementerio con un ramo de flores y acabó frente a la tumba de su hermano. Dejó las flores y se puso a hablar:
–Te sigo echando mucho de menos desde el primer día sin ti. Nunca jamás creí que el destino te alejaría de mí de forma tan temprana, hermano mayor... Pero lo hizo. Últimamente no he dejado de darle vueltas a un tema... Y son mis sentimientos hacia alguien importante para ambos. No quiero hacerte daño. Me juré no hacerte daño, pero no he podido evitar comenzar a sentir cosas... A tener sentimientos de amor hacia Magnus. Estoy segura de que desde donde estés ahora mismo estarás odiandome y algo celoso, pero... Le quiero. Le quiero y quiero estar con él y por eso debo contártelo a ti primero, porque eres la primera persona que debería enterarse de esto.
–Así que me quieres?–Se escuchó decir.
Aura giró su rostro hacia la dirección en la que había oído el sonido de aquella voz y reconoció al gran mago, el cual se había convertido en su compañero de vida, quien portaba un ramo de flores en una de sus manos. Magnus le miraba con un rostro serio y algo confuso.
–Magnus... No sabía que estabas aquí.
–Es evidente, sino seguramente al percatarte de mi presencia o habrías huido o no habrías dicho lo que acabas de decir.
–Yo... No sé que decir...–La pequeña Lightwood miró hacia la tumba de su hermano y luego a su acompañante y se dispuso a caminar. Pudo oír como Magnus dejaba las flores en la tumba de Alec y luego se disponía a alcanzarte.
–Aura, deberíamos hablar de lo que acaba de pasar.–Contestó el brujo, mientras trataba de darle alcance a su acompañante.
–No hay nada de que hablar. Le dije algo a mi hermano muerto que tal vez no sea ni real... Tal vez ni siquiera... Ni siquiera lo merezca.
–Crees no merecer mi amor o su perdón?
–Creo no merecer su perdón si ocurre algo entre nosotros.
–Aura... Han pasado 4 años. Alec siempre será el amor de mi vida. Él es y siempre será mi alma gemela, pero cada persona debe seguir hacia delante.–El gran brujo logró alcanzar a su compañera y se posicionó delante de ella.
–Y que ocurre con Alec? Le estaría fallando. Estaría traicionando a mi hermano.
–Eso no es verdad, querida. Simplemente continúas tu vida de la forma más feliz que lo puedes hacer. Conociendo a alguien que te haga sentir la mujer más afortunada de la tierra.–Después de decir estas palabras le agarró las manos y las acarició con delicadeza, gesto que pareció calmar a la shadowhunter.–Estoy listo para intentar algo nuevo. Aura Lightwood, eres una persona increíble que merece amar a quien quiera y merece ser correspondida por la persona a la que ames, solo un tonto no se fijaría en ti.–Magnus tomaría valor y con una de sus manos le acariciaría su mejilla.–Y siendo sincero... Creo que Alec se alegraría por nosotros.
Tras escuchar esas palabras, la chica tomó un suspiro y cerró los ojos para reflexionar. Después de un par de minutos, abrió los ojos y quitó la mano que Magnus tenía en su mejilla para decirle:
–Te quiero, Magnus Bane.
Y volvió a cerrar los ojos para después avanzar hacia él y dejarle un corto y suave beso en los labios. Después de separarse de los labios de Magnus, volvió a abrir los ojos, con una mirada nueva... Una mirada llena de luz y con una sonrisa de felicidad. Magnus sonreía de felicidad al igual que ella y decidió darle la mano, para después añadir:
–Te amo, Aura Lightwood.
Y en ese momento, comenzó la aventura romántica de la gran leyenda entre los shadowhunters y el gran brujo.