sobre como me preocupaba más por él que por el mundo entero
Crucé la puerta de la biblioteca con una sonrisa en el rostro, aun pensando en el día anterior que probablemente había sido lo mejor que me había pasado en mucho tiempo. Mi corazón aun seguía latiendo a velocidades no naturales, y mis mejillas se ruborizaban cada vez que recordaba su sonrisa, esa sonrisa que yo había causado con mis propias palabras.
Me senté en la silla que se encontraba detrás del mostrador. Hoy estaba nervioso y esperaba con ansias la llegada del chico, me preguntaba cual seria su reacción al verme, me preguntaba si me sonreiría de nuevo.
Las horas pasaron y me levante hasta la sección de novelas buscando lo que él había estado leyendo el día anterior. Voyage au centre de la Terre de Julio Verne, un libro que a mi parecer era alucinante y me emocionaba el saber que él lo estaba leyendo. Quería saber sus opiniones, quería saber si le gustaba y que pensaba sobre las maravillas que se hablaban en el relato.
Al encontrar el libro fui hasta su mesa, sonreí en el instante que una imagen de él leyendo paso por mi mente y deje el objeto en su lugar. Luego saque las dos sillas del lado en el que él siempre se sentaba y volví hasta mi lugar de trabajo, pero no sin antes dejar abierta la puerta.
Los minutos pasaban y mis nervios aumentaban, mis manos temblaban y mi frente estaba húmeda. Lo que él provocaba en mi no era normal, pero de alguna forma era adictivo, era adictivo pensar en él todo el tiempo.
Las agujas del reloj seguían moviéndose y no llegaba, así que decidí ir por otra edición del mismo libro aun si ya lo había leído incontables veces.
Me senté nuevamente detrás del mostrador ya con el libro en mis manos y lo abrí frente a mi, comenzando a leer. Pero mi lectura fue interrumpida por el ruido de alguien entrando, levante mi mirada emocionado sólo para encontrarme con Calum. Hice una mueca de disgusto al verlo y volví la mirada a la hoja.
—¿Hola?— lo escuche decir y le di un asentimiento de cabeza— Esta bien, no hace falta que me saludes.
Resoplé y dejé el libro a un lado, no sin antes colocar un papel justo en la pagina que había quedado.
—Hola. Lo siento, no es mi día.— hablé desganado mientras él apoyaba sus codos por encima del mostrador.
—¿Y eso a que se debe?— cuestionó jugueteando con la tapa del libro que tenia en mis manos minutos atrás.
Escondí mi cabeza entre mis brazos y gruñí.
—Él no ha venido hoy Calum, y él siempre viene.— levanté nuevamente mi vista para encontrarme al chico rodando los ojos.
—Tal vez tubo un inconveniente, no dramatices.
—¿Y que clase de inconveniente crees que fue como para que por primera vez en meses no venga? ¿No se te ocurre que pueda ser algo grave?— cuestioné..
—Michael cálmate ¿Esta bien? Probablemente no es nada serio y mañana lo veras.
—Esta bien.— dije, aunque no era cierto ya que mi cabeza seguía pensando en las razones que podrían haber causado su ausencia— En fin ¿Por qué estas aquí?
Calum sonrió, probablemente por escuchar salir de mi boca algo que no tenga que ver con el chico.
—Vine a buscar un libro.—dijo, y yo le di un movimiento de cabeza para que siguiera hablando— tal vez hayas escuchado hablar él, The Fault in Our Stars de John Green.— solté una risa cansada y él me miro confundido— ¿Cual es el problema?
—Nada.— asegure mientras iba a una de las estanterías.
Saqué el libro que yo buscaba y volví a donde él me esperaba. Me senté en mi lugar y apoye él libro, tendiéndoselo.
—Pet Sematary, Stephen King.— balbuceó leyendo la tapa— Este no es The Fault in Our Stars, Michael.— dijo con los ojos clavados en mi.
—Confía.— aseguré.
Calum suspiró y tomó el libro.
—Adios Michael.— se despidió volviendo a caminar fuera de la biblioteca.
—Adios.— susurré y retomé mi lectura.
Seguí leyendo con la esperanza de ver al chico, tal vez solo se había retrasado. Pero no fue así, él no vino ese día, y lo sentí.
((nada en contra de tfios, ni siquiera lei el libro. solo prejuicio ante la moda. de todas formas la historia no me parecio muy original))
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limerencia • muke
FanfictionUna historia sobre un chico en silla de ruedas y otro detrás de un mostrador. limerencia: estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona a otra.