SPOV
Theo había estado encontrando excusas para conseguir tenerme debajo del muérdago durante todo el día. Era muy mono y romántico por su parte. Nunca antes en toda mi vida me había sentido tan amada y querida.
Ahora mismo estaba intentado no sonrojarme de cientos de tonalidades de rojo diferentes mientras él me besaba una vez más. Finalmente me separé y le abracé fuertemente. Le susurré al oído.
"Esto es muy tierno y todo eso, pero realmente necesitas parar. Todos los demás están con nosotros en la habitación y me estoy cansando de sonrojarme."
"Entonces vámonos a mi habitación."
"No," me reí por lo bajo. Podía oír la sonrisa en su voz y sabía que sólo estaba tonteando. Pero era una oferta tremendamente tentadora. "Sabes que Kat está preparándose para poner la película."
"Sólo es Rudolph. Todo el mundo ha visto Rudolph antes. ¿Por favor, Shai? Puedo practicar ayudarte con tu ropa algo más."
"¡No! Vamos a ver al pequeño reno con la nariz roja."
"Lo sé. Es que me gusta meterme contigo."
"Cuidado, Theo. Puede que no te guste mucho si tomo represalias."
"Oh, por favor, hazlo."
Me separé un poco y sus ojos verdes estaban brillando con malicia y amor. ¡Él creía que estaba siendo gracioso! ¿Lo encontraría gracioso si le contaba exactamente cuanto me apetecía escabullirme con él al piso de arriba? No es que algo grande fuera a pasar, pero sólo besarle era asombroso, a su manera.
Le cogí la mano y le llevé hasta el sofá conmigo. Le empujé para que se sentara, haciendo que se riera. Extendió los brazos para cogerme y le dejé que me pusiera en su regazo. Suspiré alegremente y apoyé la cabeza contra su hombro.
Habíamos pasado todo el día juntos, sin dejar al otro más de unos minutos. Hasta ahora había sido maravilloso. Brevemente me pregunté como soportaría volver a mi casa, al trabajo o a la universidad. Deseé que este día continuara pasa siempre.
"¡Hora de la película!" gritó Kat.
Emmett y Rosalie bajaron y se sentaron a nuestro lado en el sofá. Ben y Kat estaban en el suelo delante de nosotros. Jane y Phillip salieron de la cocina. Le dieron a Emmett un bol de palomitas para que las compartiera con los demás y se sentaron en el otro sofá.
La película empezó y la canción de Rudolph empezó a sonar. "Rudolph tiene una nariz tan mona. Odio que los otros renos sean crueles con él," dije.
"La envidia hace que la gente haga cosas raras," dijo Rosalie. "¿Sabes? Siempre he considerado que Rudolph era la perfecta metáfora para el instituto.
Rudolph sería el anormal y los otros serían los chicos populares."
"Tú debiste ser una chica popular," dije. Estaba inclinándome sobre Theo para hablar mejor con ella.
"Por defecto," contestó Rosalie. "Solía quedarme con Ben porque todos los demás eran muy falsos. Sólo querían ser mis amigos para ser populares."
"Eso apesta," dije.
"Sí, un poco," Rosalie se rió por lo bajo. "Nunca es fácil ser mujer, y menos una atractiva. La gente cree que ya conoce tu inteligencia y personalidad antes de hablarte."
"¿No odias eso?" dije en voz más alta.
"Mira, si vosotras dos queréis hablar, iros a la cocina," nos interrumpió Emmett. "Yo quiero ver Rudolph."
Rosalie y yo nos reímos en voz baja y prometimos acabar luego nuestra conversación. Me senté más recta y me acurruqué contra el pecho de Theo. Sus brazos me rodearon mientras me daba un beso en la cabeza.