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Guie a una Shai en pijama y soltando risitas al piso de abajo y al salón. Mi estómago estaba haciendo piruetas por los nervios de su reacción a este regalo.
Shai había decidido quedarse a dormir otra vez una vez que acabamos de adornar el árbol. No podía estar más contento por eso. No quería nada más que tenerla entre mis brazos.
Me acerqué al árbol de Navidad y cogí su regalo. Me estiré cerca del árbol y la puse a mi lado. Se puso boca abajo, mirando la caja que había puesto delante de ella.
"Por favor ábrela," susurré, acariciándole el pelo.
"No puedo creer que me hayas comprado regalos. Eso es plural, Theo," me regañó. La sonrisita que tenía en los labios me dejaba saber que estaba bromeando.
" Shai , estaba bajo la impresión de que estábamos de acuerdo en que me perdonarías las sorpresas ya que es Navidad."
"Sí, ¡pero no tengo que ponértelo fácil, Theo!" se inclinó y me besó la punta de la nariz.
Empujé la caja hacia ella. "Ábrela."
Shai sonrió y en ese momento, con las suaves luces alumbrándole su sedoso pelo, me quedé sin respiración. Era totalmente preciosa y estaba más angelical que nunca.
Con cuidado quitó el papel de regalo, intentando prolongar el suspense y evitar la sorpresa. Me reí suavemente de ella. Sonrió con malicia, pero continuó con su lento ritmo. Cuando acabó con el papel, empezó a abrir la caja. Finalmente la abrió y soltó un grito ahogado.
"¡ Theo!" gritó. "¡Me has comprado un móvil!"
Respiré, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración. ¡Le gustaba! Le había comprado un iphone azul, uno de sus colores favoritos. Shai me abrazó fuertemente y me besó en la mejilla. Su cara se puso seria de repente y frunció un poco el ceño.
" Theo, no puedo quedármelo. Con los que cuesta la universidad, no puedo permitirme un móvil."
"Yo lo pago. Vas a compartir mi plan conmigo."
"Pero yo no necesito un móvil y no quiero que lo pagues indefinidamente."
"Sí que necesitas un móvil," insistí, moviéndonos para que estuviera tumbada encima de mí. "Trabajas hasta tarde tres noches a la semana y conduces un camión muy viejo. Además, esto me facilita oír tu preciosa voz cada vez que quiera. Sin mencionar que si planeas ser la mejor amiga de mi hermana, puede que necesites un rescate ocasional. ¿Cómo sabría que tengo que salvarte si no puedes ponerte en contacto conmigo?"
Shai me sonrió alegremente. "¿Tiene cámara?"
"Por supuesto."
Shai sonrió ampliamente y abrió el teléfono. Aprendió a usar el menú y la cámara rápidamente. "¡Sonríe, Theo!"
Hice lo que me pedía y escuché el pitido cuando me hizo la foto. Me sonrió y me la enseñó. " Shai , esa es probablemente la foto en la que peor he salido," dije, poniendo los ojos en blanco. Mi pelo estaba fatal y tenía una sonrisa idiota en la cara. Tendría que intentar que borrara esa foto antes de que mi hermana la viera.
"Tú no puedes salir mal en una foto," dijo, sonriéndome. Jugó un poco más con su móvil. "¡Ya has puesto los números de todo el mundo por mí!" gritó.
"Todo parte de mi complot para convencerte de que te lo quedaras sin montar un escándalo," dije, acercándomela para poder besarle el cuello. Sonreí contra su piel, satisfecho con mi victoria. Le gustaba el móvil y se lo iba a quedar.