TPOV
Emmett se había llevado a Shai a desayunar a primera hora de la mañana. Para cuando me desperté, había vuelto y Kat la secuestró. Decidí que era la oportunidad perfecta para sorprender a Shai.
Llamé a Emmett y le expliqué mi idea. Dijo que no volvería hasta después de la cena. Probablemente acabaría pasando la noche en casa de Rosalie.
Pasé la tarde en el supermercado, comprando todas las cosas que iba a necesitar. Después lo llevé todo a casa de Shailine, entrando con la llave de repuesto.
Nos íbamos a Nueva York mañana. Mi emoción y nerviosismo por este viaje estaban igualados. Sólo seríamos Shai y yo, solos juntos en otra ciudad. Había tantas cosas que quería enseñarle, lugares a donde quería llevarla. Esta misma mañana hice los preparativos para una sorpresa particular. Esperaba que a Shai le gustase.
Sacudí la cabeza, para dejar de pensar con antelación. Comprobé el horno otra vez, asegurándome de que el asado iba a estar hecho a tiempo. Volví a poner el temporizador para no olvidarme de volver a comprobarlo en quince minutos.
Busqué en las bolsas hasta que encontré el mantel que había cogido prestado de la colección de mi madre. Lo extendí sobre la mesa, alisando las arrugas. Saqué los porta-velas de cristal y las velas rojas, poniéndolas en el centro de la mesa. Cogí el jarrón de cristal y puse una rosa dentro, justo entre las velas. Me alejé de la mesa, asegurándome de que todo estaba centrado correctamente.
Corrí al piso de arriba y cogí el equipo de música de Shailine. Lo llevé a la cocina y lo puse en un mostrador. Saqué la música que había traído de mi casa, poniéndola en el orden que quería que sonase.
Mi móvil vibró y lo cogí. Kat era consciente de mis planes y me había prometido avisarme cuando Shai estuviera de camino. Abrí el teléfono y leí el mensaje de Alice. 20 min.¡Perfecto! El asado estaría hecho y podría tener la comida en los platos.
Puse la mesa, usando platos y la cubertería de plata que le había cogido prestado a mi madre. Ella era casi tan mala como Kat con los saltitos y los gritos. Intentó convencerme de que sacaras fotos para ella. Le dije que podría preguntarle a Shai si quería información. Puso los ojos en blanco, pero la sonrisa de su cara me dejaba saber que estaba bromeando.
Encontré las servilletas encima del frigorífico y también las puse. El temporizador sonó otra vez. Me giré hacia el horno y cogí los guantes de Shai. Saqué la bandeja y comprobé el asado, para asegurarme de que estaba completamente hecho. Con cuidado cogí la bandeja y la dejé en la encimera.
Me quité los guantes y cogí un tenedor y un cuchillo que tenía al lado. Con mucho cuidado, corté el asado, satisfecho al ver que estaba perfectamente hecho por dentro. Con eso acabado, apagué el fuego de debajo de las ollas que estaba manteniendo el puré de patatas caliente.
Cogí los platos de la mesa y los llevé hasta la comida. Me serví el mío y después el de Shai, volviendo a dejarlos en la mesa. Cogí las copas de vino que Jane había insistido en que trajera. Las llené riéndome por lo bajo por lo tonto que me parecía.
Me giré para volver a tapar las ollas. Escuché el coche de Shai y sonreí. Las tapé rápidamente. Encendí las velas y apagué las luces de la cocina. Había dejado las luces del salón apagadas todo el día para que no se me olvidaran accidentalmente.
Me miré la camiseta y los pantalones, asegurándome de que no me los había manchado. Me pasé una mano por el pelo rápidamente y me moví para quedarme detrás de la mesa. Las manos me temblaban. Realmente quería que a Shai le gustase esta sorpresa.
Escuché la puerta principal abrirse y muchos crujidos. Supuse que Kat había enviado a Shai a casa con muchas bolsas.
"¡Mierda!" dijo entre dientes. "Estúpido dedo." Suspiró.
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