α ℓα ∂єяινα...

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A la Deriva...

...

El tío de Theo había quedado muy abatido al ver el cadáver de su sobrino flotando en la costa de la isla.

Él y unos pocos habían sobrevivido al naufragio.

–todos estuvimos de acuerdo en que no debíamos tomar esa ruta, pero el capitán es el que sabe, se lo tiene bien merecido lo que le pasó–exclamó el grumete con furia mirando la expresión de horror en el rostro de Theo.

–¡Respetalo, era mi sobrino y el hijo del gran Dorother!–gritó el tío muy dolido.

–si, te oirá, su alma aún ronda este mundo–dijo otro de los hombres asustado.

–bien ya, lo siento, estoy desesperado. Con el capitán muerto y el navío desecho ¿que van a hacer?–dijo el grumete preocupado.

–Oí algo a lo lejos, al parecer esta isla está habitada–dijo un joven.

–eso es algo bueno, mientras no sean salvajes–dijo el tío de Theo serio.

Todos lo miraron y asintieron con la cabeza.

Estaban asustados, todo había ocurrido tan de repente que no les había dado tiempo de asimilarlo, y solo era el comienzo de sucesos extraños...

Con cuidado el tío de Theo tomó su cadáver y lo acomodó sobre una tela que con suerte había encontrado en los restos de la embarcación, lo envolvió y cuando estaba por comenzar a coser una voz lo hizo saltar del susto a él y a los demás que lo estaban viendo muy concentrados en silencio.

–oh, disculpen no era mi intención asustarlos, pero, dudo que el bambino esté muerto aún–exclamó un joven esbelto, de cabello rizado negro, finos bigotes y elegante ropa victoriana.

Todos quedaron un momento estupefactos.

–bueno, por lo que veo son piratas, en fin me llamo Pietro Di Morte, y esta es mi isla, sean bienvenidos–

–pues, lamentablemente mi sobrino está muerto–exclamó el tío fríamente, seguido de eso todos miraron con desconfianza a Pietro y se pusieron en guardia.

–calma señores, solo yo hábito en esta isla, de todas formas su lucha no es la mía, así que si les apetece pueden quedarse en mi mansión e intentar reparar el navío para así poder seguir con su viaje lo más pronto posible–

Jorge, el tío de Theo miró a los demás y estos asintieron nerviosos con la cabeza.

–está bien, señor, gracias. Repararemos la nave y partiremos lo más rápido posible–

–bien, síganme entonces–dijo Pietro con una gran sonrisa.

Así, Jorge y los demás siguieron media legua al joven italiano.

Todos excepto Jorge quedaron boquiabiertos al ver la imponente mansión de Pietro.

–bien, pónganse cómodos y no se roben nada, por favor. Créanme que me daré cuenta si lo hacen–dijo Pietro amenazante.

Todos asintieron en silencio.

En tanto yo me ocuparé de este jovencito–dijo Pietro tomando a Theo de los brazos de Jorge.

–pero, ¿qué va a hacer? Esta muerto–exclamó Jorge nervioso.

–si, terminaremos de prepararlo y lo arrojaremos al mar como es debido–dijo el grumete molesto.

Pietro se volteó y con una sonrisa macabra y sus brillantes ojos ámbar exclamó:

–disculpen, pero como ya les dije, es posible que este vivo aún–

α ℓα ∂єяινα La Travesía Del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora