A la Deriva 8
…
Ella hizo una risita y bajándole la cremallera dijo:
—primero follamos y después hacemos las preguntas ¡cabrón!—seguido de eso succionó profundamente el miembro de Theo…
En respuesta Theo gimió exageradamente y acabó…
—bueno… no podía esperarse mucho de un crío, claro solo estoy comenzando— dijo ella masturbándolo.
—es que fue muy intenso, pero claro que todavía hay mucho por hacer—
Dijo él besándola furtivamente y alzándola a la altura de su cintura.
Rápidamente ella se quitó el strapless dejando sus pechos libres.
Inmediatamente Theo comenzó a chuparlos fuertemente, más cuando ella empezó a gemir de placer sentándose en su miembro dando bruscos sentones, a lo que él en respuesta comenzó a envestir fuertemente, estaba enloquecido…
Después fueron a la cama donde siguieron teniendo sexo desenfrenado…
Acostada de espaldas Laurine abrió bruscamente los ojos, un ruido o un golpe en seco la habían despertado, se preocupó al notar que Theo no estaba.
Rápidamente corrió hacia la puerta, pero entró en pánico al notar que estaba con llave.
Su corazón comenzó a palpitar y le faltaba el aire a lo que también de sus ojos comenzaban a salir lágrimas…
—ya Laurine, momento de calmarse— se dijo respirando hondo.
—¡cielos! Que forma tan horrible tienen los humanos de experimentar la desesperación…
Bien, concéntrate—
Cerró los ojos y haciendo tres inspiraciones profundas se concentró.
—¡ahí está!—dijo abriendo violentamente los ojos.
Rápidamente se dirigió hacia la mesita de noche, abrió el cajón y ahí estaba la llave.
Se apresuró a abrir la puerta y sin dudarlo salió al pasillo.
Unas pocas velas a los lados alumbraban lúgubremente el lugar.
Abajo seguía el bochinche, risas, gritos de algarabía y gente hablando frenéticamente.
Suspiró un momento y dudando dio unos pasos hacia adelante.
—hay momentos en los que es mejor evitar querer escudriñar donde no se debe, más cuando no se está preparado mentalmente y sobre todo emocionalmente–
Dijo serenamente un elegante hombre alto apareciendo de las penumbras del final del pasillo y colocando delicadamente su mano sobre el pecho de Laurine al decir “emocionalmente”.
Ante esa bizarra situación Laurine que justamente en ese momento también se dio cuenta de que estaba en enaguas, quedó paralizada.
—¡oh! espero sepa disculpar mi actitud señorita, me dejé llevar por el momento y el escenario— dijo besando delicadamente la mano de ella.
Laurine se sonrojó y no sabía que decir o hacer ante semejante situación engorrosa.
—Edgar Nevermore, para servirle— dijo él viéndola directo a los ojos con su cálida mirada.
Un calor inexplicable subió por el cuerpo de Laurine y no pudo evitar lanzar un suspiro.
—em, ay que vergüenza, yo me llamo Laurine— dijo ella apenada.
—no por favor, no se preocupe, en estos momentos los únicos que estamos aquí somos nosotros, también soy un hombre de modales y respetuoso, contrario de todos los que están abajo, si se cruzara con alguno de ellos debía preocuparse—
Laurine asintió en silencio mientras pensaba en sí se daba esa situación.
—pero bueno como siempre estoy al pendiente casi no ocurren esas cosas, en fin, ¿le gustaría tomar una tacita de té?—
Laurine lo miró sorprendida ante lo último.
—em ¿no será mucha molestia? ¿O inapropiado?—dijo ella avergonzada.
Edgar rió al oír eso.
—claro que no, sino no la estaría invitando y además se podría decir que inapropiado es el segundo nombre de la isla— volvió a reír al decir eso.
En una lucha interna moral Laurine se disputaba si aceptar o no.
—no hay problema si no acepta, acabamos de conocernos, sin embargo nos vamos a ver muy seguido ya que estoy a cargo de este lugar—
Ella lo miró sorprendida al oír eso y recordó lo que Leo y Bonnie habían hablado, entonces él es el lord, ese hombre del que hablaban.
—si, está bien, de todas formas se me quitó el sueño, voy a ponerme algo arriba y ya estoy—
—está bien aquí la espero— dijo él alegremente viéndola con sus candentes ojos rojos.
De nuevo volvió a sentir ese calor, pero está vez más intenso.
Sacudió la cabeza y cerrando la puerta se dijo:
—ya Laurine ¿qué demonios te sucede? — rápidamente se colocó un vestido sencillo y cepilló un poco su cabello.
Afuera Edgar la esperaba muy entusiasmado, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar de unas puertas más allá los gritos y los gemidos intensos de Theo y Bonnie, más el constante golpeteo de la cama contra la pared…
Suspiró y se dijo: esto está muy muy mal, pero bueno así es en Nassau—
Laurine abrió la puerta sonriendo.
—estoy lista, ojalá no lo haya hecho esperar mucho—
Él la empujó delicadamente y entrando a la habitación cerrando la puerta tras de sí dijo:
—es mejor que vayamos por este lado—
Laurine lo miraba sin entender nada.
Como si de una pluma se tratase apartó un macizo ropero de la pared dejando ver una puerta, sacó de su bolsillo un llavero interminable y tomando delicadamente una de las llaves abrió la puerta.
Laurine quedó sorprendida más de lo que ya estaba.
—pase usted—dijo el haciéndole señas.
Laurine cruzó la puerta sin decir nada de lo sorprendida y asustada que estaba.
Rápidamente Edgar volvió a acomodar el ropero frente a la puerta y entrando volvió a cerrar con llave.
—bienvenida a mi humilde morada— dijo él sonriendo cálida mente.
Está vez Laurine no pudo evitar abrir la boca del asombro.
Se encontraba en una gran habitación hexagonal, la cual era de estilo gótico, tenía puertas en todas las direcciones y cortinas de terciopelo bordó bordadas finamente con lo que parecían ser hilos de oro. A su derecha se encontraba un hermoso mueble de roble, era un escritorio, junto a una pequeña biblioteca. A su izquierda había una cama también muy lujosa con sábanas de seda y cortinas de terciopelo también, a un lado de la cama yacía una mesita donde reposaba un finísimo juego de té de porcelana china con dibujos en tintes azulados, del techo colgaba una inmensa araña llena de velas y cristales, el techo estaba pintado de lo que parecía ser una ilustración del infierno de Dante, sus ojos no daban crédito a lo que veían y el piso estaba tapizado de unos mosaicos también en color bordó con dibujos en dorado de la flor de Liz.
Rápidamente Edgar acercó dos sillones a la mesita y le hizo señas para que se sentará, todavía aturdida Laurine se sentó en el cómodo sillón.
—bien, ¿gusta té inglés o té de yerba? este último es la novedad del momento—
—em, el primero está bien— dijo ella todavía abombada por la situación.
—bien, traeré el agua caliente— dijo él mientras desaparecía por una de las puertas como por arte de magia…
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α ℓα ∂єяινα La Travesía Del Vampiro
AvventuraTheo, un pirata adolescente de mal genio y creído, toma en sus manos y dominio la embarcación de su padre cuando este muere. Creerá llevarse el mundo por delante, pero unas siniestras criaturas le mostrarán lo contrario a lo largo de toda la saga. ...