I. Revelaciones de ADN

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2 de septiembre, 1976

"¿Está seguro de esto, señor?" Pregunto la joven científica, viendo los resultados y a su jefe.

"No le pago para que me interrogue," Le dijo el hombre, viéndole molesto. "Es muy joven para comprender lo que hemos logrado, pero esto es algo que nunca nadie soñó. La ciencia del ADN es todavía muy joven, pero los avances que mi compañía ha hecho hará que un humano sea el arma perfecta...nuevamente."

La mujer no dijo nada, sabia no era su lugar para criticar lo que estaban haciendo, en esa época debía dar las gracias que una gran empresa, y más allá, que un gran científico la dejaba trabajar siendo mujer...aun así, sabía que esto estaba mal. Como científica entendía lo que esto quería decir...crear descendencia de alguien que ya había partido era maravilloso...pero como mujer...toda mujer tenía el derecho de saber de quién era el hijo al que daría a luz, en especial si su esposo la llevaba a esto.

Por los momentos solo era un sueño de la ciencia...y una muy oculta a todo público. Pero por los resultados, tal vez dentro de menos de una o dos décadas tendrían resultados.

Aun así, no dijo nada, y cuando semanas después observo el proceso tampoco dijo nada. Si lo hiciera, no solo tendría una demanda encima, pero sabía que todo se negaría y su fin vendría de una forma u otra.

Era mejor callar.

29 de mayo 1996

"¿Howard?" La voz de su esposa lo hizo empinarse el vaso más rápido aún. Lo que debería haber sido su mayor logro estaba perdido al fondo del océano ártico y su segundo gran logro era un fracaso. "Estamos a punto de partir el pastel."

"Pueden hacerlo sin mí, María." Le dijo el hombre, sin siquiera voltear a ver a su esposa. Después de todo, sabía que lo estaría viendo con desdén y enojo.

"Es tu hijo." Vino el reclamo.

"Ni siquiera puede correr sin caerse." Se burló, sirviéndose un nuevo vaso de whisky.

"Hoy es su tercer cumpleaños y ya puede leer y escribir. Su mente es brillante, además de que es un niño dulce, y cariñoso, y que solo quiere que lo ames."

El no quería nada de eso, como decirle a su esposa que ese niño ni siquiera era suyo. Había fallado, su experimento había fallado, ese niño era igual que todos los mortales y lo único que compartía con Steve Rogers era su ADN, pero nada de todo lo que Howard había hecho de él.

"¿Mami?" La voz de Tony hizo que ambos adultos voltearan a ver al cumpleañero. "¿vamos a comer pastel?" Pregunto, poniendo su dedo en su boca, algo que volvía loco a Howard.

"Claro, hijo." Le sonrió María, "Lo haremos solo nosotros, ahora ve con Jarvis, ya estaremos allí." María espero a que el niño saliera de la habitación, y Howard le dio un pequeño sorbo a su trago. "No puedo creer que seas tan frio con tu propio hijo." Le dijo, antes de salir de allí.

Preferiría estar en su laboratorio o en su oficina que allí, pero no podía hacerlo. Y ese era uno de los tantos problemas. Talvez si Anthony fuera su hijo, pero no lo era, ese era el problema. Con ese pensamiento, se tomó el líquido aquel de un solo trago nuevamente.

En cuanto podría tendría que enviar al niño lejos. Lo mejor era que no creciera con ellos, aunque continuara llevando su nombre y el mundo entero, incluso su esposa, siguieran creyendo que también su sangre.

Junio, 2009

"Buen trabajo, equipo." La voz del Capitán América resonó por los auriculares de todos, haciendo que Tony Stark rodara los ojos.

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