◈4◈ ⚃Asedio oscuro⚃ (1/3)

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—¡Todos ustedes son unos bobos! —gritó un armadillo de trece años, el más grande de todos ellos, siendo el cabecilla del odioso grupo de revoltosos del pueblo; disfrutaba gritarles a los pequeños y débiles, pero en particular le gustaba molestar al trío que ahora consideraba su "saco de boxeo favorito", de hecho, acaba de romperle el cuaderno de matemáticas al más joven—. ¡Ni siquiera son capaces de hacer algo bien!

Los otros dos matones, un perro labrador y un erizo oscuro, veían todo sin interferir con una risa amarga (esto solo por el primero) al lado de su jefe que disfrutaba de hacerlos casi llorar; al final, el mayor les dio una golpiza y se fue muy tranquilo dejándolos malheridos y alterados. Silver de doce años se levantó sacudiéndose el polvo y la mugre, sobando ligeramente su rodilla magullada y las mejillas hinchadas, realmente dudó que le importará a su padre su estado actual; Knuckles estiró los brazos lleno de raspones y se quitó la basura de la cabeza, olía horrible, y pensaba en tirar la ropa completa; Sonic no tenía mayor daño más que sus púas jaloneadas y sus cuadernos regados y destrozados, lloró silenciosamente. El plateado los animó a irse a casa y fingir que no había pasado nada, diciendo que otro día les darían la revancha, y estuvieron de acuerdo porque lo único que ansiaban era irse a dormir.

El camino fue silencioso hasta que se despidieron cada quien en sus respectivas puertas, Sonic no encontró a nadie, tampoco ansiaba hablar de esto, fue a ducharse y a dormir llorando en la almohada. Pasaron al menos cuatro días llevando una libreta de apuntes y un lápiz, sus padres solo le compraban los útiles necesarios así que no tenía cuadernos extra, pero lo peor es que tampoco tenía sus apuntes para los exámenes; Silver le prestaba sus notas en los recesos e incluso le sacó copia, aunque su letra no era la más legible, y Knuckles... bueno, Knuckles tampoco se esmeraba en eso. Lo que más le preocupaba eran los exámenes, no sabía qué estudiar, sus amigos siempre lo ayudaban pero... hacer sus propios deberes, los del grupo vandálico para evitar más palizas y soportar la ausencia de sus padres con solo once años no era muy efectivo.

Fue un miércoles cuando llegó tarde a la primaria, por accidente olvidó programar su alarma y no se levantó a tiempo, su madre a regañadientes tuvo que llevárselo rápido, igual le quedaba cerca de la estética, pero no mostró mucha emoción por acompañar a su hijo; entró corriendo a su aula agradecido de que la maestra hubiera tenido un contratiempo y no se encontrará, como es un año menor que sus amigos, la clase de quinto estaba más que alborotada como para notar su presencia, pasar caminando entre los hiperactivos niños no fue muy difícil hasta llegar a su pupitre de primera fila en la esquina derecha. Sonic se detuvo casi de inmediato al ver una bolsa plástica estar encima de la mesita, curioso dejó la mochila en el respaldo para abrirla despacio, capaz era una broma de los chicos y le explotaba algo en la cara. Se sorprendió mucho del post-it amarillo que estaba a simple vista, solo tenía:

❝Replaced❞│Sʜᴀᴅᴏɴɪᴄ│AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora