El amor, esa fuerza que podría elevar a los seres humanos o condenarlos al sufrimiento, convertía a muchos en pecadores, capaces de realizar cualquier tipo de sacrificio con tal de obtener la única cosa que deseaban: el amor de otro ser. El amor idealizado, aquel que no solo se soñaba, sino que se esperaba como en los cuentos de hadas. En su mayoría, estas historias terminaban en desdicha para quienes no comprendían la naturaleza de ese amor perfecto, pues no todo el mundo podía recibir lo que deseaba sin pagar un alto precio.
Jihyo, con la amarga experiencia que la vida le había dado, lo sabía mejor que nadie. Se había enamorado perdidamente de un psicópata del amor, alguien que, con solo quince años, ya había logrado destruir la visión idealizada que ella tenía del afecto. En su mente, el amor había dejado de ser algo hermoso para convertirse en un juego peligroso, un mecanismo del que no podía escapar.
“¿De qué servía vivir enamorada si lo único que conseguías era sufrir?”, se preguntaba, mientras pensaba en cómo su vida había cambiado desde que todo comenzó.
Antes de salir de casa, había enviado un mensaje a su exnovio, Hoseok, para confirmar que se encontrarían en el lugar de siempre: un café cercano a la escuela, donde solían pasar el tiempo cuando la relación aún era algo que ambos valoraban. Jihyo nunca entendió cómo un chico tan popular en la institución, alguien tan admirado por los demás, terminó involucrándose con ella. Aquello había hecho que muchas omegas y betas la envidiaran, sobre todo porque ella no era precisamente una joven común. Tenía una manera especial de ver la vida, pero no sabía que eso le traería tantos problemas.
Yoongi, su mejor amigo, no estaba de acuerdo con la relación que Jihyo había mantenido con el peliplateado. Sin embargo, Jihyo nunca había dado mucha importancia a sus advertencias. Estaba enamorada, y en su mente eso lo justificaba todo. Lo único que importaba en ese momento era demostrarle a Hoseok que su relación podía funcionar, que ella estaba dispuesta a dar lo mejor de sí para que todo saliera bien.
Hoseok, por su parte, se presentaba ante ella como el chico ideal. A simple vista, él era un buen alfa, la veía con una devoción que Jihyo, en su ingenuidad, interpretó como amor verdadero. Era, sin duda, el prototipo de novio perfecto: atento, encantador, con un gran sentido de protección. Pero Jihyo pronto descubrió que esas cualidades solo existían en su mente, que el chico que tanto amaba era imperfecto, más humano de lo que ella había querido admitir. Bien dicen que cuando estás enamorado, las imperfecciones de esa persona desaparecen ante tus ojos, se vuelven invisibles. Cuán dolorosa resultaba esa verdad.
Jihyo, sumida en sus pensamientos, observaba distraídamente a las personas pasar frente a ella en el café, cuando de repente sintió la cercanía de Hoseok a su lado. Fue solo entonces cuando notó sus suaves toques en su pierna, esos pequeños gestos que ya no le parecían tan agradables.
—Lamento haber llegado tarde, Jihyo. —Su voz sonó suave, y su mano permaneció sobre la pierna de la chica, haciendo que ella se sintiera incómoda. No porque fuese inocente, pues ambos habían compartido momentos íntimos durante los seis meses que duró su relación, sino porque las circunstancias habían cambiado, y ahora la situación no era la misma. Por eso, Jihyo se apartó unos centímetros antes de hablar, buscando distanciarse sin ser brusca.
ESTÁS LEYENDO
MIRRORS | Yoonhyo [Yoongi y Jihyo] NUEVA EDICIÓN.
Fanfiction❝Porque tu brillo, es algo así como un espejo, y no puedo evitar notar tu reflejo en este corazón mío❞. ¿Cómo haría la luna para hacer razonar a aquella omega terca y enemiga del amor? 🥇#1 EN YOONHYO [21/07/21] 💜 🥈#2 EN TWICEXBTS [11/08/21] 💜...