MIRRORS | Yoonhyo [Yoongi y Jihyo] NUEVA EDICIÓN.

Capítulo 7: If you were my boyfriend, and if you were my girlfriend.

El alfa se levantó de su cama temprano, su mente enfocada en una sola cosa: hablar con Jihyo y enfrentar finalmente esos sentimientos enredados que ambos habían estado evitando durante tanto tiempo. Se vistió con calma, tratando de mantener la serenidad. Al bajar a desayunar, su madre le observó en silencio, notando su expresión más concentrada de lo habitual. Él le dio un beso en la mejilla, murmurando una despedida rápida, y salió de casa. Decidió dejar el auto estacionado a unas cuadras de la universidad; la caminata le serviría para despejar la mente y preparar sus pensamientos.

Con los auriculares puestos y la música a todo volumen, Yoongi intentaba sumergirse en su propio mundo, en busca de una especie de calma antes del encuentro. Sin embargo, cada paso que daba parecía ir cargado de un peso invisible. Sabía que esa conversación sería crucial. Las palabras que habían quedado atrapadas en su garganta durante tanto tiempo finalmente tendrían la oportunidad de salir, y eso, aunque emocionante, también le llenaba de incertidumbre.

Al mismo tiempo, en el campus, Jihyo se encontraba en una situación muy diferente. Su corazón latía con fuerza, y sus nervios estaban a flor de piel. No podía concentrarse en las palabras del profesor, en los números que llenaban la pizarra. Todo lo que podía pensar era en cómo se sentiría el momento en que finalmente se encontrara con Yoongi. La esperanza de ser perdonada, de que él pudiera darle otra oportunidad, era lo único que mantenía su ánimo en alto. Sin embargo, sabía que le había roto el corazón más de una vez, y aunque deseaba volver a su lado, temía que él no estuviera dispuesto a confiar en ella de nuevo.

La clase parecía interminable, y Jihyo contaba cada segundo para que sonara la campana. Finalmente, el tan esperado sonido llenó el aula. Se levantó de un salto y salió apresurada, ignorando los gritos de sus amigas, que le preguntaban a dónde iba. Sin darse cuenta, tropezó con alguien en el pasillo y ambos cayeron al suelo. Un quejido de dolor escapó de sus labios, y rápidamente se levantó, haciendo una reverencia con disculpas murmuradas, sin siquiera mirar a quien había chocado.

—Lo siento, no te vi —murmuró apenada, aún con la cabeza gacha.

Una risa suave y conocida llegó a sus oídos, y Jihyo levantó la vista, sorprendida al ver a Yoongi con una sonrisa burlona en el rostro.

—Descuida, aún sigues siendo la misma niña tonta y distraída —bromeó él, levantándose y sacudiéndose el polvo.

Ella, indignada, levantó una ceja y respondió con ironía.

—Y tú aún sigues siendo el mismo niño tonto que se cruza en mi camino.

Ambos soltaron una risa, y algunos estudiantes que pasaban les miraron con curiosidad. Sin decir más, tomaron suavemente las manos del otro, como si ese contacto fuera suficiente para llenar el vacío de las palabras que no podían pronunciar. Caminaron juntos en silencio hasta una plaza cercana y se sentaron en una banca solitaria, con la vista puesta en el sol que comenzaba a descender en el horizonte.