¿Qué tan trágica debe ser la vida de alguien para tener que ocultarse del ojo público y fingir ser alguien más?
Luego de la trágica muerte de su madre, [T/N] intenta rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de la infancia, los F4. Para ello, v...
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Ji Hoo nos guiaba a Jan Di y a mí a otra habitación para arreglarnos. Al entrar, varias chicas nos recibieron, listas para trabajar en nuestro maquillaje y peinado. Consciente de que no podría ocultar mi rostro tras una mascarilla, rogué a las maquilladoras que se aseguraran de dejarme irreconocible. Entonces decidieron ponerme una peluca; opté por una peluca rubia con flequillo, sobre la cual realizaron un recogido. El maquillaje, por otro lado, era bastante cargado, transformándome en una versión casi irreconocible de mí misma, lo cual, me resultaba tranquilizador.
Las ballerinas que inicialmente había escogido no convencieron a nadie, por lo que me ofrecieron unos elegantes tacones y para dar un toque más sofisticado me pusieron un abrigo blanco, pomposo. En cuanto a Jan Di, le dieron un vestido espléndido de Bella Song en tonos amarillo adornado con delicadas flores. Complementaron su atuendo con un abrigo peludo de tono negro, y su cabello en una cola alta, finalizando con un maquillaje sutil. Así preparadas, regresamos al cuarto, ambas envueltas en nerviosismo, tanto que, sentadas juntas en el sofá, no dejábamos de tomarnos de las manos con fuerza.
De repente, la puerta se abrió bruscamente. Era ella, la señora Kang, quien hacía su entrada con una expresión ligeramente molesta al vernos a Jan Di y a mí.
—Buen día— dijeron los chicos al unísono. Ellos, particularmente Jun Pyo, se encontraban un poco lejos de nosotras.
—¿Quiénes son ellas?— preguntó la señora Kang, dirigiendo su mirada molesta hacia Jun Pyo.
—Buen día— respondimos Jan Di y yo casi simultáneamente, haciendo una leve reverencia, intentando ocultar la ansiedad.
—Son invitadas nuestras, no te metas— dijo Jun Pyo, con el ceño fruncido y una voz irritada.
—Si están en mi casa también son invitadas mías, ¿no es así, señoritas?— replicó ella con una sonrisa forzada, mientras nos observaba fijamente.
—Son nuestras acompañantes— intervino Yi Jeong, sentándose a mi lado y tomando mi mano con suavidad. Mirándome con complicidad, añadió: —¿No es así, querida?— Su voz tenía un tono juguetón, mientras yo asentía, intentando dar una sonrisa creíble.
—Sí, simplemente no pudimos resistir la tentación de pedirles que nos acompañaran— agregó Woo Bin, acercándose a Jan Di y colocando una mano amigable sobre su hombro.
—¿De qué familia vienes? ¿Se puede saber a qué se dedica tu padre?— preguntó con un tono incisivo a Jan Di. Lo que nos desconcertaba un poco era que ni siquiera se molestaba en mirarme a mí.
—Un hombre de negocios— interrumpió Ji Hoo.
—Ah sí, ¿De qué clase?— indagó con una ceja levantada y un tono claramente escéptico que sugería que esperaba una respuesta más específica.
—De ropa— respondió Woo Bin, y en ese momento, todos los ojos se giraron hacia él—, mejor dicho, relacionado con la ropa.
—Sí, ella muestra un interés particularmente profundo en la subasta de hoy, especialmente por el vestido de Bella Song que lleva puesto. Podría ser una magnífica oportunidad para incrementar las donaciones— agregó Yi Jeong.
