𝓶𝒆𝓳𝓸𝓻𝒆𝓼 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪𝓼 𝒇𝓵𝓸𝓻𝒆𝓼 | T/N en BOF 🌸

50. Seguir adelante

¿Quién diría que contactar con el sucesor del grupo Shinhwa iba a resultar ser una tarea tan complicada?

Habíamos pasado otra semana larga y agobiante sin rastros de Jun Pyo, añadiendo más angustia a la situación de Jan Di. Este día no era diferente a otros, con todos nosotros reunidos en la habitación, elaborando planes para reunirnos con Jun. La atmósfera estaba llena de un alboroto, las voces de todos se entrelazaban de manera caótica, cada uno tratando de aportar su idea.

Fue en medio de esta confusión que notamos que Jan Di se levantaba abruptamente del sofá— Ya lo estuve pensando bien— pronunció con un tono que dejó caer una confusión sobre el grupo. Todos la miramos con sorpresa y curiosidad.

—¿Ya tienes un plan?— preguntó Woo Bin, su voz llena de emoción, casi esperanzada.

—Lo he pensado y creo que lo mejor será que me quede— asintió con una firmeza que, sin embargo, nos hizo fruncir el ceño. El shock inicial pronto se transformó en incredulidad entre nosotros.

—¿Qué?— solté, incapaz de ocultar mi indignación— ¿Cómo dijiste?— añadí, mi voz temblando; podía sentir la frustración burbujeando en mi interior.

—Solo estoy haciendo que pierdan su tiempo— continuó, mirando a cada uno de nosotros, su expresión seria—. Creo que no es necesario que todos se queden aquí conmigo; es algo que debo enfrentar sola.

—Pero no te podemos dejar así como así— insistí, parándome frente a ella, dejando que la angustia de la situación me guiara. Después de todo, ¿Cómo podía permitir que se enfrentara sin nosotros?

—Rose, no quiero que te regañen o se molesten más contigo por culpa mía. Sé que Robert no pensaba que estuvieras aquí más de dos días, y ya llevamos casi dos semanas...— su voz se desvanecía en una combinación de preocupación y desesperación—. Además, tampoco quiero que Ga Eul siga perdiendo clases... No es necesario que me cuiden más. Puedo hacerlo sola.

—Pero...— empecé a argumentar, pero ella levantó su mano pidiendo silencio, y en mi confusión no pude más que fruncir el ceño.

—Nada de peros, ¿entendido?— dijo con un tono de voz que no admitía discusión— Es lo que haré— La determinación en sus ojos era notable, y eso me desconcertó.

—Jan Di... ¿Cómo podemos dejarte sola?— pregunté, sintiendo una corriente de inquietud recorrerme. No podía ignorar el peligro en el que podría encontrarse—. ¿No ves lo que nos estás pidiendo acaso?— comencé a rezongar, apoyando un tono de preocupación en mis palabras, buscando en su rostro alguna señal de comprensión, de que al menos entendiera la gravedad de su decisión.

Pero antes de que pudiera seguir, Ji Hoo se unió a nuestra conversación. Se levantó del sofá con un movimiento decidido, y se colocó al lado de Jan Di—. Yo me quedaré con ella, así que no tienes que preocuparte— dijo, mirando con confianza hacia mí. Mis ojos se deslizaban de Ji Hoo a Jan Di, de ella a él, llenos de confusión. ¿Acaso se traían algo entre manos?

—¿No quieren nuestra ayuda o algo?— les pregunté, sintiendo cómo mi voz se tensaba. La percepción de que podían estar ocultándonos algo me inquietaba. Ji Hoo soltó una ligera risa, que sonó como un intento de despejar la inquietud del aire.

—No es eso— respondió con una risa suave—Jan Di no quiere agregar más peso sobre sus hombros— continuó, y en su mirada había una comprensión profunda—, y sé que ustedes no quieren dejarla sola... así que yo puedo hacerme cargo de eso. Se que todos ustedes tienen cosas que hacer en Corea, yo por el momento estoy desocupado, por eso me quedaré.

¿Todos? ¿Ocupados? La confusión de sus palabras me hizo voltear hacia los chicos, quienes se lanzaban miradas dudosas, tratando de descifrar la situación—. ¿Tienen cosas que hacer en Corea ustedes dos?— pregunté, con un ligero matiz de indignación y duda.