19

2.9K 387 1K
                                    

A r i a n

No logro comprender lo impredecible que es la vida, aún me es difícil acoplarme a ello. Un día puedes sentir te comes el mundo de un mordisco, pero al siguiente tu pecho se oprime tanto dificultándote respirar que tu único pensar es "Todo acabó"; eso sucedía conmigo. No sabía cómo asimilar los hechos, no ponía en orden mis pensamientos y muchos menos mis sentimientos así que simplemente me apagué quedándome inmóvil en mi lugar.

Sé que terminé recostado en el sofá con la cabeza sobre el regazo de Rennan mientras este tomaba mi mano con fuerza; no necesitaba hablar, por experiencia propia sabe las palabras "reconfortantes" realmente no ayudan mucho. En momentos como esos uno no quiere escuchar "Todo estará bien", ¿Cómo puedes soltar eso con tanta facilidad si mi mundo se está cayendo a pedazos? Imposible.

Derramé lágrimas hasta quedarme inexpresivo. En algún punto el sueño me abrumó pero despertaba gracias a las pesadillas; dormido o despierto únicamente podía pensar en mamá y recordar la imagen de esa mujer saliendo de la casa abandonándonos sin mirar atrás. Me dolía; en mi cabeza hacía un recuento de los hechos y sus palabras lograban revolver mi estómago, porque si bien dolía escucharlo, era peor saber que tenía razón.

Permanecí en completo silencio durante las primeras horas; Rennan no se apartó en ningún momento, ni siquiera sé si durmió, solo podía sentir su mano jugando con la mía para hacerme saber estaba conmigo, pero ni siquiera podía mirarle o mantener una corta conversación ya sea con lenguaje o señas. En algún punto atendió su teléfono para hablar con quién supuse sería su padre, había olvidado no se trataba de fin de semana así que él tendría clase.

— ¿Puedes hacerme ese favor? Gala, no puedo explicarte. ¡Te juro que es de verdad! Por favor, di que estoy enfermo, que tengo dolor de estómago o solo inventa algo — logré girar el rostro para encontrarme a mi amigo manteniendo una llamada telefónica un poco alterado dado que su hermana parecía no querer ayudarle.

— Gala. ¿Puedes? Les diré a los chicos entonces. ¡No es lo que estás creyendo! ¿Qué? ¿Tú que haces entrando a mi cuarto a esa hora? ¡Se llama privacidad! ¿A ti que te importa que hago o con quién? — comenzó a elevar la voz, su ceño se frunció. Podía no escuchar toda la conversación pero vaya que entendía el sentido de la misma, el enojo evidente de Rennan lo confirmaba.

— ¿Sabes qué? Olvídalo. Le diré a Susan— se quejó— ¿Decirle a mamá? ¡Diablos Gala! ¿Por qué te importa tanto? ¡Es mi vida! ¿Sí? Pues que te valga...

Cansado de escuchar el parloteo tomé el teléfono de sus manos para llevarlo a mi oreja; dicha acción le tomó por sorpresa pero tampoco protestó, en la otra línea claramente escuché a Gala Cooper soltar un "Rennan, si quieres ir allá para estar con Arian por mi bien pero tienes malditas responsabilidades aquí. Deberías centrarte más en la escuela y menos en tus "noches" con Arian, por que no voy a solaparte eso" No tenía ganas de discutir respecto a eso, así que hablé.

— Mi madre nos abandonó. Perdón porque mis problemas personales distraigan a tu hermano de sus responsabilidades, no es que planee que me vaya de la mierda. Buenos días — regresé el teléfono a Rennan y por primera vez me levanté para ir a la cocina y buscar algo de comida. Aun así pude ver como mi amigo murmuraba algo al teléfono para después colgar y seguirme.

— Arian...—

— Discúlpame con Gala, tiene razón, deberías estar en la escuela no aquí. Simplemente no sé cómo actuar, es...no sé nada— me giré para enfrentarlo. No dijo una palabra; mi mirada divagó alrededor de la habitación, todo lucía como otro día más en el cual mamá dejaba la comida lista para salir a trabajar, el solo recuerdo provocó presión en mi pecho— No volveré a probar su comida Rennan...

CoheteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora