Capítulo 18

1.1K 156 29
                                    

Estoy cansada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy cansada.

No tengo la fuerza suficiente para hacer que los músculos de mi rostro reaccionen para así poder intentar abrir mis ojos y ver a mi alrededor.

Soy consciente de lo que pasó. Imágenes tras imágenes llegan a mi mente como cortos capítulos de una película de terror. Yo perdida completamente en la oscuridad y envuelta en mis poderes sin poder contenerme.

Soy un monstruo.

Todo mi cuerpo duele. Mi garganta arde y de pronto esas ganas inmensas de tomar agua llegan de golpe haciendo que soltara varios jadeos. Mi cabeza palpita fuertemente mientras que un dolor punzante se cuela en mi pecho.

Respiro de manera entrecortada moviendo levemente mi cabeza de un lado a otro. El dolor no cesa y con un esfuerzo descomunal abro de manera lenta mis ojos. La luz choca con ellos aturdiéndome, obligándome a cerrarlos nuevamente.

—¿Alyssa?— el susurro familiar llega a mis oídos logrando desesperarme un poco. Intento nuevamente abrir mis ojos— Tranquila, no debes alterarte.

Parpadeo varias veces intentando ver con claridad. Pasa un par de segundos hasta que lo logro chocando con esos fríos ojos cafés que desde que los vi por primera vez han sido mi perdición y mi condena.

—¿Dylan?— me sorprendo por mi voz ronca y áspera pero no me enfoco tanto en ello—¿Donde estoy?

Sus semblante era algo preocupante. Su piel estaba más pálida y abajo de sus ojos unas grandes ojeras estaban.

—Eso no importa ahora— espeta frío incorporándose de la orilla de la cama dónde estaba minutos antes— Tienes que recuperarte. Después hablamos.

Niego con la cabeza sin poder poner en orden mis pensamientos. Intento levantarme pero rápidamente un dolor intenso se cuela en mis huesos logrando que de mis labios brotara alaridos de dolor.

—¿Es que no puedes quedarte quieta?— cuestiona con rabia obligándome a acostarme de nuevo— Tienes que recuperarte.

—¿Dónde estoy?

Aprieta la mandíbula y se aleja.

—Eso no importa.

El coraje y la impotencia se filtra en mi sistema y sin pensarlo mucho pregunto de nuevo.

—¿Dónde demonios estoy Dylan?

Su ceño se frunce ligeramente.

—Cuida tu tono— advierte — No se te olvide quien soy y por que estas aquí.

Un risa irónica brota de mis labios mientras negaba con mi cabeza. Era insólito que lo dijera cuando es de sobra decir que por su culpa y de todos los malditos seres que habitan en éste mundo de mierda son los culpables de todo lo que me está pasando.

—Eres ridículo, ¿lo sabías?— escupo venenosa observando perfectamente como su mandíbula y su cuerpo se tensaba— ¿Qué? ¿A caso es mentira? Sinceramente no entiendo por que veniste aquí cuando ambos sabemos que te quieres deshacer de mí.

Alyssa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora