Capítulo 16

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El camino cada vez era más largo y doloroso. Y no por que estaba lastimada físicamente, sino sentimentalmente. Sólo pensar en que todo esto se basó en puras mentiras, engaños y en un maldito trato hace que la rabia se acumule en mi cuerpo desencadenando un estallido inminente.

Una punzada dolorosa y llena de impotencia se apodera de mi pecho, pero no digo nada. Sólo me quedo callada dando cada paso como puedo, tratando de no tropezarme. Soy consciente de las profundas miradas de quienes me acompañan junto con el moreno pero me obligo a solo mirar hacia adelante sin emitir ninguna palabra.

Cada pensamiento, cada recuerdo me hace trastabillar y hasta incluso ir más lento. Es cómo si cada pensamiento fuera una daga clavándose en mi pecho. Matándome lenta y dolorosamente.

—No puedo creer que aceptaras venir conmigo, ¿Sabes? Pensé que sería mucho más difícil— la voz de Lucian suena suave y serena detrás de mi. Lo miro por encima del hombro y aprieto la mandíbula— Pero entiendo que ahora estas confundida y que si aceptaste venir es sólo para buscar respuesta a todas esas preguntas que te pasan por la cabeza.

Abro más mis ojos tratando de ocultar mi incredulidad. Él sólo rompe a carcajadas siguiendo su camino por el denso bosque, dejándome atrás.

Ya era de noche y todo era silencio y frío. El cielo estaba vacío de estrellas pero con una resplandeciente luna que se robaba el protagonismo, mientras que a lo lejos se escuchaba grillos y aullidos.

Acelero el paso quedando a tan sólo un metro del cuerpo de Lucian. Mi corazón late aún ritmo suave y constante. Sin embargo, un profundo agujero se hace presente en mi estómago dando señales de que algo no anda bien.

—¿Puedes darte prisa? No tengo toda la noche preciosa— la frustración en el tono de su voz me hace detener por un segundo, analizando el lugar. No estoy muy segura de qué es lo que me pasa, pero esa sensación de que alguien nos observa llega a mi mente de inmediato— Alyssa...

—Algo no anda bien, Lucian.

Su mirada confusa solo me molesta y más por qué se supone que él es un cazador. Sabría cuando algo no anda bien.

—Tranquila la manada más cerca está a muchos kilómetros. Dudo mucho que quieran comernos.  

Lo miro indignada por su manera tan tranquila de hablar. No me muevo y eso hace que el suelte un gruñido y qué los demás no emiten ninguna palabra. Mi cuerpo entero se estremece ante la brutal sensación de ahogamiento. Ni siquiera puedo moverme cuando de pronto somos rodeados por un denso humo. Lucian maldice, colocándome atrás de su cuerpo mientras le daba órdenes a sus soldados quienes al percatarse de la situación se pusieron en alerta sacando a la vista sus armas.

El terror se asienta en cada uno de mis huesos con cada segundo que pasa. Mi corazón late con tanta fuerza, que temo en cualquier momento sufrir una crisis nerviosa y hacer un escándalo. Mis manos tiemblan al igual que mis piernas mientras que el pánico se asienta más en mi torrente sanguíneo.

Alyssa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora