Capítulo 11: Charla Subterránea

872 74 1
                                    

Me metí por dentro de los túneles y después de un rato, le vi sentado zarandeandose.
- Credence.- lo dije en un susurro.- Credence.- repetí, pero está vez mucho más fuerte, incluso se asustó.- Perdón, ¿puedo sentarme?
Me miró, no a los ojos, pero asintió.
- Siento haberte arrastrado hasta aquí.- me reí un poco, pero enseguida me puse seria.- y haberte encerrado, no es por ti, no quiero que entren. Te quieren hacer daño.-
- Y es normal soy una persona horrible, no, no soy una persona soy un monstruo. Me lo merezco después de todo lo que he hecho.
- No eres un monstruo, eres un mago. Pero has reprimido tus poderes.
- La magia no existe.- se convenció.
- Ves, lo estás haciendo de nuevo, tienes que confiar.-
Entonces hice un hechizo y de la oscura tierra salió una pequeña flor rosada.
-¿Ves? Tu magia puede ser peligrosa y oscura, pero si la controlas será algo maravilloso.
Credence miró la flor asombrado.
- Todo esto es culpa de mi madre adoptiva, odia todo aquello que para ella es anormal.- el rostro se le iba oscureciendo.
- Eh, Credence recuerda debes controlarte. No pienses en ella yo te ayudaré.- Le tendí la mano y me la agarró.
En ese momento se escuchó un ruido y unos pasos que se acercaban más deprisa. El hombre de antes apuntó y disparó a Credence, por suerte o por desgracia, él ya se había convertido en aquella sombra oscura y la bala atravesó al obscurus. Lo positivo era que transformado no lo podían atacar pero si podrían provocarle que estallara. - Parad, así le hacéis daño. Estoy segura de que todos alguna vez habéis dudado de vuestra magia. Todos somos personas y tenemos inseguridades.-
- Él no es una persona es un monstruo.- me interrumpió un mago bajito y rechoncho.
- Yo nunca me he sentido inseguro.- chilló otro.
- Actuando así demostrais toda vuestra inseguridad. Confías en vosotros mismo pero nadie se ve capaz de ayudarle, la otra solución es más fácil, ¿No? Vosotros sois los monstruos.-
Algunas personas empezaron a bajar sus armas.
- Yo confío en que puedo ayudar a Credence, pero sobretodo confío en él.- me giré hacia Credence.- Confío en que puedes cambiar, te ayudaré en todo lo que pueda. Ahora relájate y olvida todo lo negativo.-
La oscuridad se iba haciendo cada vez más pequeña. Vi como los agente, incluso el que disparó a Credence bajaban el arma. Volvió en sí y salimos de allí.
- Muchas gracias.- me quede muy sorprendida cuando Credence me abrazó. Newt también me abrazó y me besó.
- Tengo que hablar con la presidenta.-
Llegamos al Ministerio y dejé a los dos chicos hablando, se llevaban muy bien y me alegraba por qué:
- Me gustaría llevar a Credence a Londres. Sé que parece arriesgado, pero él confía en mí y le puedo enseñar. La antigua casa de mis abuelos está alejada de todo. Y si llega a pasar algo yo me haré responsable.-
- La considero muy digna señora Scamander, lo que ha hecho ha sido muy noble. Su petición es admitida.-
- Muchas gracias señora Presidenta.- Salí del despacho y me reuní con los chicos.
- Credence, ¿te apete venir a Londres con nosotros?
- Me encantaría.- respondió sonriendo.
- Cuando sientas rabia, recuerda algún momento feliz.- le aconsejó Newt.
- No tengo ninguno.-
- Nosotros te ayudaremos a crearlos.

Newt Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora