Mutationes

Felix Natalis Harry

30 de Julio de 1986, 11:45 p.m

Un pequeño niño se encontraba parado junto a la ventana, mirando el paisaje tras la habitación, dando pequeñas miradas al reloj algo roto en la mesita al lado de su cama, pronto cumpliría 6 años... Volveria a ver a su amiga después de años. Una pequeña sonrisa se formo en sus labios color durazno.

Mors había cumplido su promesa, no lo había llevado a casa de los Durley, ahora se encontraba en el Orfanato Wool's, lugar donde su padre había crecido en su infancia... Era un lugar deprimente y con pesimo servicio, la señorita María lo odiaba, dejaba que los niños lo molestaran, pero su magia accidental lo había salvado de varios altercados con ellos, no pudo evitar bufar al recordar al inútil de William, un niño 6 años mayor que él, era un idiota, siempre lo había molestado, pero después de que una tarde la señorita María lo llamara a su oficina, sus ataques habían sido más... Violentos, pero gracias a que Mors antes de devolverlo a su vida lo haya entrenado a mejorar en su magia, había logrado tener control sobre ella, y pudo defenderse.. Además de que el pobre William, había tenido una triste muerte, al parecer fue muerte natural, un simple infarto y William no volvió a ver la luz del siguiente día.

Claramente la señorita Maria dijo que había sido culpa suya, el solo era un niño de 4 dulces añitos ¿cómo podría causar la muerte natural de un niño? Los oficiales y paramedicos que llegaron al llamado histérico de la señorita María, tuvieron que cedarla antes de que lo atacará... Después de eso fue suspendida un año. Cabe decir que fue un año tranquilo para todos en el orfanato. Después de ese suceso todos empezaron a tomar distancia de él, aun creyendo que él tenía algo de culpa.

Harry solía estar en su habitación la mayor parte del tiempo, por lo que su piel era pálida, unos brillantes ojos verdes llenos de misterios, o eso era lo que Miss Luz le decía, su cabello negro con algunos mechones que a contra luz tomaban un azul oscuro, igual de revuelto que siempre, nunca lograba domarlo y eso que sabía varios hechizos que ayudarían, pero ya los había intentado y nada.

Miro nuevamente la hora, 11:55 p.m, faltaban 5 minutos para el 31 de Julio, faltaba poco para que Mors viniera, dijo que esa noche sería especial, esa noche recibiría su herencia como  heredero de la muerte, Mors había dicho que sería lo suficientemente mayor para poder ser heredero, irían a Gringotts para hacer un examen de sangre...aun seguía con la duda de su procedencia, confiaba en Mors, pero quería corroborar todo y sabia que los exámenes de los Goblins era practicamente imposibles de engañar o manipular. Hundiéndose nuevamente en sus pensamientos y recuperados, no pudo evitar sonreír nuevamente al recordar su nueva vida, no era realmente perfecta, pero era mucho mejor, al ser evitado por todos nadie lo molestaba o golpeaba, podía comer tres veces al día, ah, y como cereza del pastel, los Dursley estaban ya tres metros bajo el océano, accidentalmente en un viaje familiar, el carro se había quedo sin frenos y los tres integrantes de la familia, más la hermana de Vernon, se fueron por un barranco, callendo directamente al océano, tristemente nadie había sobrevivido. Había sido su mejor regalo de cumpleaños número 5.

Sintió como algo reptaba por su espalda y luego enredarse en su cuello cariñosamente, acaricio distraídamente la cabeza de su pequeña Notechis, su pequeña amiga serpiente, una serpiente tigre, graciosamente su nombre científico, era el nombre que había decidido darle, debía admitir que sonaba bien. La había encontrado o salvado en un viaje al zoológico cuando tenia cuatro años, nadie se había dado cuenta, pero su pequeña Notechis estaba tan triste en ese encierro que no pudo evitar rescatarla. Ahora su pequeña era muy feliz pasando tiempo sobre su almohada junto con un hechizo de calefacción sobre ella, aveces salia a cazar al pequeño lago que había tras el orfanato, aunque también amaba que le dieran de comer algunas frutas, era una mimada.