Escándalo

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Segundo día.

Alec y Magnus ya estaban por cumplir sus diez años de amistad y por ser una década, Alec quizo que fueran un mes de viaje y así lo estaban haciendo.

Primero habían viajado a Canadá y luego descendieron hasta Chile para terminar en Perú, una semana en cada país y dos en el último

La ciudad le encantaba y más la gente, eran humildes y bastantes sociables.

Habían llegado ayer y hoy apenas se estaban istalando en el mejor hotel de la ciudad.

Magnus tenía hambre pero a Alec se le ocurrió la birllante idea de que cocinaran ellos en vez de comprar.

- ¿ Quieres que muera?- alegaba Magnus.

- No seas exagerado, Magnus, sólo seran unos fideos.- dijo volviendo los ojos. Puso una olla en la estufa.- Ahí dice que debemos dejarla diez minutos después de que hirva.

- Esto es una locura.- Magnus dio media vuelta y se fue a sentar en la sala, Alec lo siguió y se sento en el sofa de enfrente.‐ ¿ No traes dinero ya?.

- Claro que si, papá apenas ayer me depositó .

-¿ Entonces por que carajos vamos a cocinar?-

- Hey, no te enojes... sólo quiero que nos divirtamos, estas últimas dos semanas hemos pasado comiendo comida enlatada, precalentada y de las sodas, ¿ No te parece que luego nos va a pasar factura?.- dijo Alec. Magnus, enojado, no le contesto, pues Alec tenía razón, así que se volvió cogió su teléfono y se metió a lad redes sociales.

Pasaron minutos y seguían sentados dándose miradas asecinas. Magnus sostenía el dije de su collar, había tomado la costumbre de acariciarlo o simplemente darle vueltas cuándo estaba distraído, pensando en algo más o muy concentrado, cuándo sintió el olor amargo de algo, era fuerte y muy asqueroso. Levantó el rostro al aire y olió.

-¿ Que es ese olor?- preguntó disgustado. Alec se encogió de hombros, ignorandolo , pero entonces se percató de algo.

- Los fideos.- gritó, tiró su teléfono al sofá y salió corriendo con Magnus detras.

Llegaron a la puerta de la cocina y se detuvieron a toser. La cocina estaba llena de humo espeso y de la estufa salía una llama de fuego hacia arriba.

Alec se devolvió y tomó el extintor, corrió y roció el fuego con el, este se apagó dejando una olla negra.

Magnus la cogió y vio su contenido, los fideos estaban pegados, secos y negro. - A mira, parece que ya esta el almuerzo.- dijo divertido.

- No es gracioso.- Alec bajó el extintor y botó los restos de una toalla de cocina, la que probablemente causo el fuego.- Yo de verdad quería que aprendiéramos una nueva experiencia juntos, Magnus.

- Por ahora llama a alguien para que nos traiga comida al apartamento.- sugirio Magnus, Alec le dio una mala cara y entendió que en verdad quería cocinar por su cuenta.- Esta bien, Alexander, para el desayuno de mañana no llamaremos a alguien, ni para el almuerzo o cena... la intentaremos hacer nosotros.

- Gracias.- dijo feliz, pasó a su lado y llamó a alguien. Magnus solo miraba como se movían sus labios desde lejos, era el único momento que podía hacerlo, y siempre se acordaba de aquel beso. Ya casi un año de eso, pensó.

- Listo, ya llame, pedí algo casero.- Ambos habían cogido el gusto por comidad caceras. No es que los fueran realmente, pero no eran sofisticadas o complicadas como las de Estados Unidos, pero si que eran ricas.

- Gracias.- dijo complacido , volvió a tirarse al sofa.- ¿ Sigue en pie lo de ir mañana a conocer?.

- Pues si, tenemos nada más dos semanas, y en un día lograremos conocer pocas cosas... además.. hay que irnos de fiesta.- levanto los brazos y luego las bajo.- Eh oído hablar mucho de un parque que esta cerca, es como de diversiones, ¿ Te gustaría ir?.

- Por favor.- dijo Magnus estirando todad sus extremidades.- Hace mucho no siento verdadera adrenalina.

-¿ Viajar conmigo ya no es algo con adrenalina?- Alec se llevo una mano al pecho y se hizo el dolido.

- Tiene adrenalina.- Se encogió de hombros.- Pero es más que todo un asunto de reto.

Alec le tiró la almohada mientras se reía.- Eres un patan.

Magnus tomó otra más pesada y se la tiró directo a la cara.

Más tarde llegó el dueño, Valentine Morgenstern, del edificio y armó tal escena escandaloza que medio hotel escuchó.

- ¿ Como es posible que al segundo día de su llegada ya hayan quemado mi estufa?- decía el hombre mientras revisaba el daño.-¿ Que clase de modales aprendieron?

- Esto ni tiene que ver con modales que yo sepa.- dijo Alec con tono altanero, Magnus le dio un codazo para callarlo.

- ¿ Perdón?- Valentine se giró hacia Alec y lo fulminó con la mirada.- ¿ Me esta insultando?

-¿ Insultando?.- soltó una risita.- No lo llama....

- Nosotros lo sentimos señor.- interrumpió Magnus, era una ventaja que el dueño del hotel hablara Inglés.- Queríamos cocinar algo.

- ¿ Cocinar?, ¡ Casi queman todo!.

- No exagere señor.- Alec estaba empezando a enojarse de verdad, pero de retractó al ver la cara de Magnus.- Muy bien... pagaré los daños.

- Preferiría que abandonen el hotel, está dañando su imagen.

- No,no , no.- pidió Alec rápido.- Podemos darle más dinero.

El hombre hizo como si lo estuviera pensando, luego pregunto de cuánto sería la suma de dinero y al ver que sería bastante aceptó con una condición : no volver a causar una "escena".

El hombre se fue y Alec comenzó a imitar su acento.

- ¿ Cocinar?- decía mientras hacia unos movimiento exagerados en las caderas y las manos.- ¡ Casi queman todo!

- ¡Alexander!- reprendió Magnus, lo cierto es que no duró mucho antes de soltarse a reir.- De verdad era un histérico.

- ¿ Perdon?, ¿ me está insultando?- volvió a imitarlo.

Magnus tiraba carcajadas altas mientras Alec imitaba a Valentine, lo más gracioso era la voz que hacía.
Siendo latino y hablando ingles se escuchaba muy divertido y su amigo lo aprovechó para burlarse.

Se tiraron a un sofá, cada uno, sin dejar de reírse.

Magnus movió la cabeza y pudo ver a Alec con los ojos cerrados mientras tenía la boca abierta. Es tan bello, pensó con anhelo.

***

Disculpen las faltas de ortografia.

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