Anécdotas en Perú.

Extra

- No se Alec, tengo miedo de esto.- decía Magnus. Iban hacía el hospital.

Hace unos meses se aprobó, en Estados Unidos, una operación para que el hombre pudiera quedar embarazado  y llevar al bebe en vientre los nueve meses. Fue una gran oportunidad para Magnus y Alec, no había como la familia propia y además vivir personalmente la experiencia, pero aún así, Magnus temía que algo saliera mal, pues ya decían que era riesgosa.

El parto no sería natural, ya que solo era un cambio interno, y eso hacía que Magnus se pusiera histérico.

- Magnus, confía en mí, se que todo va a salir bien.- Alec se había detenido en medio de la acera para converncerlo.- ¿ No quieres tener un niño propio?. Con nuestras propias características, se totalmete nuestro.

- Es que.... si lo quiero pero tengo miedo por ti Alexander.¿ Tu no tienes miedo?.

- No, por que mi soporte es que luego de salir del hospital sería cuestión de días para tener el fruto de nuestro amor dentro de mi.

Magnus suspiró.- Esta bien, amor. Pero si te pasa algo veras... te castigare.

Alec se sonrojo muchísimo al recordarse de esos dichosos " castigos". Abrazó a Magnus y siguieron caminando.
****

La operación  duró casi cinco horas, en las cuáles Magnus estuvo con los nervios a flor de piel. Ni siquiera había podido pegar ojo en todo el rato, el dactor hasta quería cedarlo para que no sintiera el tiempo pasar, pero se rehusó.

Luego de eso Magnus pasó a ver a Alec, estaba muy pálido y durmió casi un día.
Dos días después los dejaron irse, la operación había sido un éxito y ya podía quedar embarazado.
Solo tenía que esperar unos días para que su interior no doliera.

***

Tres meses.

- Quítate Magnus.- se quejó Alec. Su vientre estaba algo bastante hinchado y Magnus estaba acariciandolo.

- Solo un momento más.-

- ¡Ya!. Tengo hambre.- volvió a decir enojado. Estaba experimentando el primer síntoma de embarazo: cambios de humor.

Magnus se puso de pie rápido.- ¿ Quieres algo dulce o salado?.

- No se, lo que quieras... solo tengo hambre.

Magnus le llevo un par de emparedados y un fresco natural.

- No puede ser.- susurro de pronto Alec.

-¿ Que pasa?, garbancito, ¿ te sientes bien?- salto de inmediato.-¿ Te duele algo?.

-¿ Por que me dejaste comer más?- repecho.- Acabó de comerme una sopa y ahora estoy devorando más comida...¿ Es que quieres verme gordo?, apenas tengo tres meses y ya empiezo a verme como una bola.

Magnus suspiro, retiró los platos y se sentó para abrazarlo.- Solo te consieto. Es normal que engordes, estas embarazado, y por eso te complazco con lo que desees.

- Pero voy a rodar.- volvió a decir.

-¿ Y que importa?, así seras mi bolita hermosa.- dijo con cariño.- Yo estaré contigo siempre... no importa si engordas o te adelgazas, si vomitas o si estas de mal humor.

- Gracias Magnus, te amo tanto.

- Yo más, Garbancito, yo más.

***

Cinco meses.

Hoy iban a ir al hospital, estaban demasido felices y emocionados, pues hoy por fin sabrían el sexo del pequeño, o pequeña.