Anécdotas en Perú.

Huyendo (Parte 2)

Final

Décimo y último día.

Corrían de un lado a otro del apartamento recogiendo todo lo que tenían, según Alec no les quedaba mucho tiempo antes de que los guardias los encontraran. Pues Perú no es tan grande como su país natal, además parece como si todos se conocieran.

- ¡Trae la maleta que esta en el baño!.- gritó Magnus, Alec corrió pero se detuvo en la puerta.

- ¿No crees que es mucha tontera llevarnos todo?- opinó.- No necesitamos toda esa ropa, además solo nos va a estorbar.

- ¿ Y que la haremos?.

-  Dejemos la aquí, el próximo  inquilino se la dejara o la botara.-

Magnus se sentó en el sofa y se echó a reír con las manos en la cara, Alec lo observó y sonrió  al ver tan encantadora escena.

-¿ Que pasa?- se río bajito, fue donde Magnus y se sentó a su lado, bajo sus manos para ver su cara.

- Hace unos días dije que no teníamos nada de adrenalina, pero miranos ahora, huyendo de... ¿ la realeza?... no se, creo que estamos locos. - dejo de reírse y ahora le sonreía a Alec.

- Al menos estamos enloqueciendo juntos.- susurro Alec.- Me gusta como sonríes, hace que tus ojos tomen un brillo divino.

- Hay Alexander.- dijo poniéndose rojo, iba a bajar  la cabeza pero Alec se lo impidió.

- Y siempre eh amado mi nombre en tus labios.- siguio diciendo, provocando que Magnus se pusiera serio pero muy complacido con él.

- Es que eres hermoso...- Magnus suspiró fuerte y soltó una risita.- Hace tiempo quería decir eso.

- Ya lo has dicho muchas veces.

- Si, pero no de esta forma.- los señalo a ambos.- No como amigos.

- Pero lo dijiste y cada vez que lo hacías me sentía tan feliz de saber que te parecía guapo - dijo con burla.

-¡ Alexander!, tienes como un don para cagarla.- se empezó  a reírse a carcajadas.

De repente se escucharon unas llantas derrapar, ambos se levantaron rápido y se asomaron por la ventana.

En la calle de abajo habían al menos tres carros con unos cuatro hombres en cada uno.

- Mierda.- susurro Magnus.- ¿ Y ahora?.

Alec pensó un momento y luego se giro para donde Magnus.- No te pongas nervioso, ¿ bien?. Ellos son más, es verdad, pero primero deben preguntar en recepción... no allanaran el edifio solo por que si.

-¿ Pero como haremos?.- preguntó nervioso.

- Bajaremos por las escaleras de emergencia y saldremos por la puerta de atrás.- Alec busco todo el dinero que tenía junto con las tarjetas.- Ellos, al saber en que departamento estamos, subirán directamente aquí.

- Esta bien.- Magnus estaba algo palido por el miedo.- Confío en ti.

- Gracias.- Alec beso su frente, lo cogió de la mano y tomo el primer bolso de ropa que encontró.- Vamos.

Abrieron la puerta y vieron a ambos lados, no había nada así que corrieron del lado contrarío al ascensor.
Abrieron la puerta y en ese momento se escuchó las puertas del elevador abrirse.
Se cubrieron con la puerta y Alec se quedó a ver como tocaban la puerta.

- Hay que bajar rápido, no estan todos aquí.- aconsejó Alec. Bajaron casi corriendo, eran unos diez pisos y entre más bajaban más largo se les hacía.