-The End-

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Era doce de abril.

Pasaba por el pueblo tranquilo, con su sudadera blanca y un ramo de flores moradas en sus manos.

Willy había salido hace un año de la cárcel, él había salido hace un par de meses.

Aún tiene cicatrices por las peleas que habían dentro de esta.

Por lo que tenía entendido, la mayoría de sus amigos se habían ido del pueblo.

Hace unos dos años se habían ido Luzu y Auron, un poco después de acabar la reconstrucción del pueblo.

Mónica y Lana cuidaban de la casa de Luzu, mientras tambien cuidaban a su pequeño, Luka.

Mangel y Lolito se habían ido apenas el entro a la cárcel, aveces los llamaba para saber cómo estaban.

Alex y Fargan vivian tranquilos en la casa del beta.

También se enteró de que Nieves y Akira se habían ido juntas. Estaba enojado por eso, su mejor amiga no se había despedido de el, y la rubia habia dejado solo a su hermano.

Aunque luego recordó que Akira nunca fue una buena hermana.

Entro en el psiquiatra y saludo a la guardia, la alfa ya estaba acostumbrada a verle por ahí.

Subio el ascensor hasta el piso numero siete.

Al llegar a este, se dirigió a una sala en específico. Ya se sabía el camino de memoria.

-Hola, De Luque...- susurro entrando, a paso lento, a la habitación. 

Se quedó parado en la puerta, mirando al pálido azabache, sus cabellos bajaban por su frente, sus párpados estaban cerrados y tenía una máscara de oxígeno.

Camino un poco más y se sentó en la silla que estaba a los pies de la cama del omega.

-¿Ya te inyectaron el tranquilizante?- pregunto, como si el otro le fuera a responder -Volviste a portarte mal...- susurro en un tono triste.

Puso su cabeza sobre sus brazos, los cuales se acomodaron en la camilla, dejando el ramo de flores frente a los pies del omega.

-Hoy es tu cumpleaños... quería pasar tiempo contigo- seguía hablando, imaginando lo que el otro le respondería -Monica te conoce mucho más que yo... me sorprendí al principio... pero luego recordé que pasabas mucho tiempo juntos- rio recordando lo celoso que se había puesto su oso por eso.

-Me dijo que esperabas por tu príncipe azul... quien te salvaría y te amaría el resto de tu vida- se levantó y se arrodilló a un lado de la camilla, tomando la mano del omega -¿Me puedes perdonar por no haberte salvado y amado como lo merecías?- de sus ojos comenzaron a escapar algunas lágrimas -¿Me puedes perdonar por no ser tu príncipe azul?- hablaba, mientras besaba el dorso de las manos del menor -Lo siento tanto...- sollozaba mirando los ojos cerrados del azabache, esperando a que despertara y le sonriera como lo hizo la última vez que estuvo ahí.

-Tu hermana tenía razón... soy un mal alfa- Dijo, soltando una pequeña risa sin gracia alguna.

-Aun me pregunto porque no te digo estas cosas cuando estás despierto...- froto sus ojos con fuerza, intentando eliminar cualquier rastro de lágrimas -Creo que es... porque me gusta verte sonreír sin preocuparte de nada-

-¿Recuerdas cuando nos vimos hace dos meses?- rio al recordar lo que pasó ese día -Pensaste que eran los efectos de las pastillas...- hablo entre pequeñas risas, acariciando las manos del omega -Aun espero el día en el que salgas de aquí... los doctores dicen que eso es imposible, pero aún tengo esperanzas- Dijo, sonriendo.

𝑤𝑒 𝑎𝑟𝑒 𝑡ℎ𝑒 𝑟𝑎𝑟𝑒 𝑜𝑛𝑒𝑠||𝚁𝚞𝚋𝚎𝚐𝚎𝚝𝚝𝚊||𝚘𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora