Take Me To Church ❤️ Calle y Poché. [TERMINADA]

Secret Love Song.

🏳️‍🌈

Enero del siguiente año.

Sin duda alguna, ser su novia era la mejor decisión que había tomado en la vida pues los días a su lado eran cada vez más felices, teníamos discusiones bobas como cualquier pareja pero siempre lográbamos contentarnos, ya fuera con besos, caricias, pequeños regalos o simplemente mirándonos la una a la otra. Casi cinco meses de estar juntas y yo ya sabía que mi corazón entero le pertenecía a ella, que cada uno de mis latidos eran por y para ella, que no había otro ser en el planeta al que amara más que a ella, ahora cada que pensaba en mí futuro venía ella incluida, ya no era mí, era nuestro.

Nos habíamos vuelto expertas en guardar secretos, estábamos viviendo nuestro mayor secreto.

Las caricias cómplices cada vez se volvían menos discretas, tanto que el señor Germán ya sabía de nuestra relación y nos apoyaba completamente, claramente nos dio un largo discurso sobre lo cuidadosas que debíamos ser en muchos contextos, su charla finalizó en no tengo mucho que preocuparme, los dedos no embarazan. Mi tono de piel enrojeció al igual que el de Calle. Durante todo lo que llevábamos de relación nunca habíamos pasado más allá de los besos y las caricias tiernas, lo nuestro había comenzado rápido, tanto que especialmente eso debía pasar con total tranquilidad.

Mi amistad con Julián había decaído un poquito, o más bien seguía conservandola para no levantar sospechas. Estaba harta de escucharlo hablar tan vulgar sobre el cuerpo de mi novia, sobre las cosas que le haría el día que ella le acepte una invitación a algún lado. Siempre terminaba callandolo ya sea cambiando el tema y siendo directa y ordenándole que la respetara.

  —No entiendo porqué la defiendes tanto.

  —Si entre mujeres no nos defendemos, nadie lo va a hacer.

  —A mí se me hace que Daniela te gusta.

  —¿Y si me gustara, qué? En mi vida Julián, tú no tienes que meterte, solo deja de hablar así de Daniela.

  —Poché. — Su seriedad hizo que un escalofríos recorriera mi cuerpo, su mirada se veía oscurecida completamente, como si de los ojos fueran a salirle dagas en cualquier momento.

  —¿Si?

  —¿Te gustan las mujeres? —

Si había algo que definía completamente a Julián era su personalidad tan machista y retrógrada. Su mente, a pesar de tener la misma edad que yo, se mantenía cerrada a las creencias de este pueblo donde para ellos lo diferente estaba mal, donde todo lo “anormal” era raro y un pecado.

  —¿Qué idioteces estás diciendo, por Dios? — Lo negué.

  —Lo digo porque me preocupas, Poché. Eres como mi hermana y no quisiera que algo malo te pasara. Ya vez lo que pasó con todos los homosexuales que han pisado San Gabriel.

  —¿No quieres que algo malo me pase, o no quieres hacerme algo malo? ¿Crees que no sé quién fue el que acosaba a Juancho? ¿Crees que no sé quién es el culpable de que los padres de Juan y Cristóbal se enteraran de su relación? ¿Crees que tampoco sé quién fue el causante de que Juliana y Abisambra dejaran toda su vida por irse del pueblo a un lugar más seguro? ¿Qué harías conmigo si me gustara las mujeres? ¿Acosarme? ¿Contarle a todo el pueblo? ¿O serías tan mierda de, incluso, matarme? — No respondió, en cambio, sus pupilas se dilataron más, tanto que por primera vez en años sentí miedo de estar cerca de él.