# 9 · Eres Detallista ·

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9 · Eres detallista · You are detail

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Así era.

A Natsu podemos recordarle como alguien valiente, amable y gracioso, pero sobre todo como alguien idiota. A Lucy le encantaba todo de él, incluido aquello que podía ser problemático para otras personas. Por ello que la chica apréciese ese día por el gremio con unos pendientes nuevos hizo que todos se preguntaran de donde los había sacado. No pensaron que su compañero llegara a hacer algo parecido como regalarle algo, y mucho menos un complemento.

- ¿Natsu te los dio? - pregunto Lisanna asombrada. - ¡Increíble!

- Sí. - contestó ella con un ligero sonrojo. - Me sorprendió mucho que me los regalara.

- ¿Y cómo fue?

- Bueno...

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- ¿Qué es esto, Natsu? - preguntó la rubia mirando la pequeña caja negra que había entre sus manos.

- Un regalo. - contestó él. - No sabía si eran estos o otros los que viste aquella vez, así que después de pensarlo mucho supuse que eran estos.

Lucy miró como el chico, sentado sobre la cama, se removía algo incomodo sobre esta. No estaba acostumbrado a hacer ese tipo de cosas, por lo que se sentía un poco fuera de lugar.

La chica volvió a mirar el regalo y con gran entusiasmo lo abrió. Sus ojos se abrieron de par en par mostrando un gran brillo en ellos.

- Natsu... Son preciosos. - comentó ella.

Acomodados sobre un trozo de algodón, había unos preciosos pendientes en forma de flama color rojo escarlata. Los recordaba. Tal y como el chico había dicho, esos eran los que estuvo viendo en un escaparate de la ciudad hacía unas semanas atrás.

- Entonces... ¿Te gustan? - preguntó con duda.

El abrazo que la chica le dio en esos momentos la respondió.

- ¡Me encantan! - dijo ella. - Pero no tenías porque hacerlo. No eran baratos.

- Quería hacerlo. Además, se parecen mucho a mis llamas, por lo que quise que tuvieras algo de mi siempre, fueras a donde fueras.

Lucy ensanchó más los ojos ante lo dulce que habían sonado esas palabras, y abrazó con más fuerza al chico.

- Gracias, Natsu. De verdad que los cuidaré como si fueran un tesoro.

- Se que lo harás, por eso te pido que tengas cuidado. No serán tu mayor tesoro, pero tú si que eres el mío.

Tras esas palabras aún más dulces, el chico le agarró el rostro y se acercaron lentamente.

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- ¡Os besasteis! - gritó Lisanna con el rostro sonrojado.

Lucy no respondió. Agachó la cabeza con vergüenza mientras jugaba con su pelo. Lo hicieron.

- Son muy bonitos, Lucy-san.

- Gracias Wendy. Yo también lo creo.

- Quien diría que Natsu pudiera ser tan detallista. - dijo Erza. - Está madurando.

10 razones por las que te quiero · Versión Lucy ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora