Don't-Ed Sheeran

Capítulo 04: Estaremos entre las sábanas hasta tarde en la madrugada.

ED'S POV:

Me marche durante meses hasta que nuestros caminos de cruzaron de nuevo en la fiesta de cumpleaños de Liam en agosto, Harry la había invitado y ella estaba ahí con un vestido rojo que le quedaba perfecto. La cena era en un hotel de París.

En estos meses no había dejado de pensar en ella, en lo guapa que era, en lo extremadamente sensual y sexual que podría llegar a ser; creo que me estaba enamorando y tenía tiempo que no la veía.

Deje mi relación con Athina, no merecía lo que hacia, estar pensando en una y estar con otra. Athina era una buena mujer y me quería, yo también lo hacia pero ya no de la misma manera desde que conocí a Leah y lo mejor era terminarlo ahí.

-Leah!-la salude cuando estaba parada cerca de una mesa sola.

-Ed-sonrió.

-Hola-bese su mejilla-te has olvidado de tu amigo-hice un puchero.

-Nunca estuve buscando un amigo-ella y su dura honestidad.

Aún era temprano y la fiesta iba empezando, después de unos minutos de silencio hablo.

-Tal vez puedas pasar a mi habitación alrededor de las 10, bebé, trae un limón y una botella de Ginebra, estaremos entre las sábanas hasta tarde en la madrugada-guiño el ojo y se fue.

Eran apenas las 8 y aún tenía que investigar en que cuarto se quedaba.

-Liam-le susurre cuando saludaba a unos invitados.

-Qué pasa Teddy?-se acerco a mi.

-Sabes en que habitación esta Leah?-él era el único que sabía lo que pasaba.

-Ed...-me miro desaprobatoriamente.

-Perdón hermano pero necesito estar con ella-lo mire como cachorrito.

-Habitación 225 segunda planta-bufó.

-Te amo amigo-le di un abrazo rápido.

Fui a mi habitación, me di otra ducha, me perfume y me arregle solo para ella.

Demonios! No había conseguido la botella de Ginebra, así que llame a servicio a la habitación y ordene lo que Leah deseaba.

A las 10:10 pm estaba tocando su puerta. Ella abrió y llevaba puesto otro atuendo diferente; traía su pijama que era un short y una blusa de tirantes.

-Hola Ginger Jesús, pasa-me dejo entrar y cerro la puerta.

-Quién te dijo ese apodo?-reí.

-Niall-dijo inocentemente.

-He traído lo que me pediste-alce la botella.

-Perfecto! Ven, ponte confortable-nos sentamos en una pequeña sala y deje los objetos en la mesa de centro, había dos vasos y hielos-vamos a jugar.

-Como?-la mire confundido.

Saco la botella y los limones, lleno los dos vasos y me ofreció uno.

-Bebe-exigió, ella trago rápido y yo me demore en sentir el sabor. Nunca me gusto la Ginebra pero estaba con ella y la tome de golpe.

-Arg-gruñí cuando sentí el líquido en mi garganta.

-Sabroso, no?-se lamió los labios-hagamos esto más interesante.

La mire confundido, corto a la mitad el limón y lo esparció por su desnudo cuello perfecto.

-Dale un trago a la botella-rápidamente lo hice-traga-obedecí-ahora lame el limón.

Me acerque a su cuello suave y con la punta de la lengua lamí el ácido sabor.

-Delicioso-admití separándome, de ella y volviendo a mi asiento, ella tenía cara de éxtasis.

-Mi turno, elige un lugar.

Deje caer unas cuantas gotas en mi pecho, que previamente había descubierto, ella tomo un trago y luego lo lamió, solté un gemido, la pegue más a mi cuerpo para que sintiera mi erección.

-Tranquilo campeón-se alejó-te daré tu recompensa más tarde.

Jugamos de esa manera hasta que la botella de Ginebra estuvo vacía, me sentía algo ebrio. Me pare al balcón y encendí un cigarrillo.

-Quieres?-ofrecí al sentirla a mi lado.

-No fumo, gracias-se paró cerca de mi, su cuerpo solo estaba cubierto por su escasa pijama y estaba un poco fresco, me quite mi chaqueta y se lo puse a ella.

-Gracias-sonreí termine mi cigarro y volvimos adentro.

No daré muchos detalles morbosos, solo tuvimos sexo toda la noche en diferentes posiciones. El cuarto termino hecho un desastre por lo ocurrido. Ella era buena en eso, tener sexo.

A la mañana siguiente desperté al sentir una respiración en mi cara, tenía su rostro frente a mi, abrió los ojos segundos después.

-Buenos días-dijo con voz ronca.

-Buenos días-salude de vuelta. Durante no se cuanto tiempo nos miramos a los ojos, tenía facciones delicadas y rasgos finos, sus ojos eran misteriosos y la manera en que su cabello caía por su cara la hacia ver como un ángel.

-Tienes ojos hermosos Eduardo-sonreí ante el apodo.

-Gracias-bese su frente en señal de confianza y protección; quería quererla y no solo cogerla.

-Ed yo; te...-sus ojos estaban brillosos tal vez iba a decirme que me quería tanto como yo a ella-Nada-se paró rápidamente y fue al baño.

Si me quería debería simplemente haberlo dicho.

Desde dónde estaba acostado escuche las gotas de la regadera caer y su voz, ella está cantando ah lahmlahlah.

Espero que no joda con mi amor, ese corazón es tan frío, todo encima de mi casa. No quiero saberlo bebé ah lamlahlah. No jodas con mi amor, se lo dije, ella lo sabe. Apunta y dispara. No quiero saberlo bebé.