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Cuarenta seis días. Ese era el número en total en que Thomas no había aparecido y Azrael sí, el arcángel había hecho de las suyas pasando a las personas hacía el umbral, hacía el otro lado para mantener sus vidas a salvo.
Muerte había paseado por todo el globo terráqueo, yendo desde las ciudades más importantes del mundo, hasta los pequeños pueblos donde la gente lloraba la futura perdida o la perdida de sus seres amados.
El ultimo recorrido en el que estaba Muerte, era México, el hermoso país de amplia cultura y diversidad, mismo que parecía absorber a Muerte quien en aquellos instantes estaba acompañado por su hermano Miguel, quien a diferencia de él, tenía el cabello de color pelirrojo y sus ojos eran de un azul oscuro, su hermano era un poco más pequeño en cuanto a la estatura, posiblemente media unos cinco centímetros menos, y su tez era de un suave tono canela, oh sí, Miguel era lo opuesto a él, pero aun así, se llevaban bien.
En aquellos instantes estaban paseando por un pequeño pueblo "mágico", este estaba lleno de flores que para Muerte, era un pequeño recordatorio de Helen y no sabía exactamente porque, posiblemente por los coloridos tonos o la delicadeza que emanaba, aunque a su hermano, parecía causarle gracia el evidente interés en la plata decorativa que apreciaba.
- ¡Hey! - exclamó Miguel, pasando su mano frente de él - Azrael, te estoy hablando, hazme caso
Muerte parpadeo varias veces.
- Perdón Miguel, estaba pensando en unas cosas - comentó muerte, para después observar a su hermano - ¿Qué te he dicho de decirme Azrael?
- Pero ese es tu nombre - aseguró el pelirrojo, frunciendo el ceño y observándolo con detalle - Aun no entiendo porque te niegas a tu nombre, ya estas como Samael quien quiere que se le llame por "Lucifer"
- No me niego - dijo Muerte, su voz sonaba tan tranquila - Es solo que me he acostumbrado al nombre que los humanos me pusieron, que ya se me hace normal, en cuento a Lu, la verdad es que yo tampoco se porque se cambio el nombre, pero a mi no me regaña si le llamo Samael
Muerte o más bien Azrael, pudo notar como Miguel asentía levemente, su hermano podría ser el protector de muchos, a quienes los humanos rezaban para que les cuidara, pero la realidad era que Miguel si bien cuidaba a todos, aun así buscaba a su hermano para poder estar reunidos.
- ¡Mira Azrael! - exclamó miguel, señalando hacía un puesto de dulces artesanales - ¿Crees que podamos probar?
- ¿Quieres? - cuestionó Muerte, ganando una afirmación de su hermano - Aun traigo un poco de dinero
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𝖳𝗁𝗈𝗆𝖺𝗌 𝖬𝗈𝗋𝗍𝖾𝗆
Paranormal✓ 𝐄𝐝𝐢𝐭𝐚𝐝𝐚 ✓ Cuando Dios creo a su ejercito de ángeles, le otorgo a uno de ellos habilidades sorprendentes y los bautizo bajo el nombre de Azrael, el arcángel de la muerte. Azrael vago por el mundo durante milenios, realizando su labor de lle...