Capítulo 31: Insensible

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Heaven


Aparco mi moto frente a mi casa. Rápidamente me bajo de ésta, derrapándola en la pista sin importarme el golpe que cae contra un lado y entro como una fiera al interior de mi casa. Giro mi cabeza hacia todos lados hasta que veo a mi padre frente al televisor, comiendo una manzana. «Hijo de puta»

Aprieto la mandíbula con fuerza y siento mi corazón a punto de salirse de mi pecho. Llego hacia él y lo apunto con mi arma justo en la nuca.

—Fuiste tú —digo con la voz entrecortada como si me quemara la garganta al decir esas palabras.

Mi padre agarrar el control de la televisión y la apaga para luego dejar el objeto en la mesa de centro. Endereza su espalda y se termina su manzana con tranquilidad para dejar el desperdicio en un plato. «¿Por qué?»

Frunzo el ceño al ver la manera en que se estaba comportando y no podía creer lo ciega que estuve al estar viviendo bajo el mismo techo que un maldito monstruo.

«Monstruo que fue capaz de matar a mi madre»

—Así que ya lo descubriste.

El tono de su voz se encuentra en calma. Tono que me desesperaba al tener esta situación frente a mí. Mi padre no dice nada más y se levanta. No dejo de apuntarlo cuando lo veo caminar hacia la cocina para botar la manzana en la basura y luego gira hacia mí.

Noto como el color celeste de sus ojos ha oscurecido unos cuantos tonos y la expresión seria que mantiene en su rostro me hace incapaz de reconocerlo como la persona que estuvo conmigo toda mi vida. «Él no es mi padre»

—Te habías tardado —esta vez su voz sale con un poco de burla.

No pudiendo soportar el hecho de que esté confesando con tanta calma. Quito el seguro de la pistola y me acerco más a él, manteniendo la punta del arma a escasos centÍmetros de su frente.

—¿Por qué? —jadeo y lágrimas empiezan a caer por mi rostro— ¿Por qué mataste a mamá?

Tan sólo escucharme decir eso, era como recibir treinta cuchilladas en mi corazón.

—Tenía que hacerlo.

—Pensé que la amabas —no puedo dejar salir la decepción con mis palabras pero no causo ningún atisbo de arrepentimiento en el hombre frente a mí.

—Y lo hacía. Lo sigo haciendo —dice con la voz dura.

—¡No te atrevas a decir eso! —grito con la desesperación mermando de mi cuerpo y veo como mi mano que sostiene el arma, empieza a temblar— ¡No te atrevas a decir que la amabas cuando fuiste su propio verdugo! ¡Explícame el por qué!

—Tu madre siempre fue consciente de que tu serías la próxima heredera del legado Schmidt. Pero nunca estuvo de acuerdo. Debido a que tu hermano salió defectuoso, tenías que ser tú.

—Pero mamá-

—Elizabeth no tuvo que meterse en mis asuntos. Ella quería que te fueras a esa universidad para mantenerte lejos de mí y así evitar que te llevara a Alemania. La organización es mucho más importante que la familia, Heaven.

—Aún no entiendo por qué la mataste. —murmuro débil.

—Eres una niña tonta —dice quejoso— Tu madre descubrió los papeles de avión en mi ropero luego de la discusión que tuvimos contigo. Ella iba a decirte todo y no lo podía permitir. Ya me había dado un hijo defectuoso. ¡No podía dejar que alejara a otro heredero!

Paradies © | Borrador 2020 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora