Capítulo 1: Heaven Davis

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Heaven

¿Alguna vez han sentido esa necesidad de agarrar a una persona, que quieren mucho, por el cuello y apretarlo hasta que deje de respirar debido a que están en un punto de perder la paciencia? Es decir, no matarlo, pero sienten como esas ganas de tomar hasta la última opción para que esa otra persona se calle.

¿No? ¿En serio estoy a punto de perder la cordura yo sola?

Al parecer, sí.

—¿Y este? —de un momento a otro, sin darme cuenta, siento el teléfono chocar contra mi rostro. 

Cierro los ojos intentando mantener la paciencia que no tengo, y exhalo profundamente para no explotar, recordando que la persona a mi lado, es mi mejor amiga. Aprieto mis labios en una fina línea recta y debo contar hasta diez esperando no volverme una asesina tan pronto.

No cuando estoy a punto de terminar mi carrera. No pienso desperdiciar tantos años quemándome las pestañas para que la rubia de al lado me vuelva una asesina sangrienta.

Paciencia, paciencia dijo la tormenta.

—Juro por Dios que si vuelves a decir esas palabras, me tiraré de un puente —agarro el celular y se lo tiro— No —respondo por décima vez, con la esperanza de que deje el tema por el que llevamos peleando unas dos horas.

La mujer a mi lado frunce el ceño ante mis palabras y volteo un poco mi rostro para ver que se queda concentrada nuevamente en la pantalla de su celular. Suspiro un poco creyendo que no volverá a joder pero maldigo al haber celebrado antes de tiempo.

—¿Y el de acá? —nuevamente la misma acción.

Por favor, jefecito del cielo, ya llévatela.

—Tirarme de la ventana suena tan tentador —digo entre lamentos.

—¿Y este otro?

—Juro que empezaré a llorar.

—Este no está t-

—¡Estás a punto de alterarme los nervios, Paige, joder! —grito ya no soportando más su voz cerca a mi oído— Créeme que cuando te digo no es porque no me interesa ver tu maldito teléfono con fotos de hombres en él. ¿Lo captas? —pregunto ya desesperada porque me entienda.

Doy un manotazo al celular de mi mejor amiga apartando la estúpida foto que hay en él fuera de mi vista. En toda la tarde que llevamos pasando el rato en mi habitación, no ha hecho más que mostrarme fotos de chicos para decidir si me gustaban o no. 

Estaba a tal punto de estrés, que solo quería agarrar el teléfono y destruirlo contra la pared.

*Nos despertamos bravas, eh*

—Oh vamos Heaven, debes superar lo de Josh y salir nuevamente. —dice Paige quien se encontraba echada a mi lado, sobre mi cama— A este paso creeré que no lo has superado.

—Mira que la gente tiene derecho a ser estúpida, pero tú abusas de ese privilegio —digo con sarcasmo— Además, suerte que tanto tu comentario como el del resto de personas me valga una mierda —finjo una sonrisa en el rostro.

Mi amiga ríe acostumbrada a mi humor, sin entender que lo decía completamente en serio y bufo. Esto era la desventaja de que tu mejor amiga y tú tuvieran demasiada confianza. 

Ya no lograba mandarla a la mierda como me gustaría, o por lo menos no me tomaba en serio cuando decía que prefería cortarme la yugular antes de escucharla hablar sobre perfumes caros.

Paradies © | Borrador 2020 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora