Capítulo 15: El corazón quiere lo que quiere

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Heaven

Desde pequeña siempre me he considerado una niña, una adolescente y una mujer difícil. Con carácter que no todas las personas son capaces de soportar o por lo menos asimilar en el momento; y sinceramente, agradezco demasiado a aquellas que siguen a mi lado.

Para algunas personas es difícil entender como hay gente que logra optar estas actitudes ante los demás. Hay algunos que piensan que es por hacerse los interesantes. Otros, porque piensan que están molestos con la sociedad y su ideologÍa.

En cambio yo, es esta actitud la que me ha ayudado a sobrevivir todos estos años.

A partir de esa noche. Hace seis años. Me costó entender que no se puede estar bien con todos, conformar a todos, aún con lo duro que lo intentaras. Siempre intentaba ser la mejor hija, la mejor amiga, la mejor... hermana, y lo que obtuve a cambio fue la peor pesadilla que pude haber presenciado.

Luego de ese momento, toda mi vida cambió.

De repente no me interesaba mantener vínculos, mantener conversaciones o ser parte de situaciones que poco o nada me importaban. Y la verdad se siente bastante bien empezar a ser un poco egoísta.

El carácter y la personalidad que tengo es complicada y creo que esa es la razón por la que me gustan las cosas imposibles. Porque en ellas descubres quien huye, quien se queda y quien lo intenta.

«Yo siempre lo intento»

Descubrir que mi vida ahora estaba en peligro había dado un giro de 180 grados a mi plan de querer empezar una vida sin problemas y sin complicaciones. Al parecer mi destino me quiere como su pendeja —detrás de él— para sobrevivir en todo momento.

Ahora me encontraba aquí, con mi amigo André, en uno de las zonas abandonadas detrás de la universidad. Intentando averiguar lo que había pasado hace una semana, sobre el ataque hacia mi persona y entender qué mierda estaba ocurriendo.

«Estamos realmente jodidas»

Mi moreno amigo, por suerte, conocía a uno de los mejores hackers del lugar. Trabajaba en una organización secreta del Estado, pero poco me importaba saber su curriculum vitae.

Se llamaba Antoni y por lo que lograba ver, tenía muy buenos conocimientos sobre tecnología. André lo habia llamado ya que él era el único capaz para desbloquear dispositivos «fantasma».

Según lo que el amigo de André comentó, los dispositivos «fantasma» se utilizaban mucho en las redes de narcotráfico y otras acciones ilegales del mundo. Con esos aparatos, los jefes y los subordinados podían comunicarse entre ellos y no tener ningún problema. Sin necesidad de alguna interferencia por parte de la policía, como si esos celulares no existieran.

«Ni la Nasa podría interferir los teléfonos»

Eran muy extraños porque parecían ser como un celular inteligente cualquiera, pero lo que lo diferenciaba era que estaba hecho de un material que no lograba que tus huellas dactilares quedaran impregnadas.

Eso lo supe al momento en que André se llevó el celular hacia uno de sus amigos policías para sacar alguna coincidencia entre los archivos policiales y quedamos sorprendidos cuando nos dijeron que no había nada.

Eso era lo que había obtenido del alemán. Frederick Wagner. Al que había asesinado a sangre fría fuera de la discoteca y aunque me sentía un poco extraña al recordar lo sucedido, no me arrepentía de haberlo hecho. Incluso podría decir que lo disfruté.

Aunque no quería admitirlo en voz alta, eso era lo que me asustaba un poco. No quería volver a mi vida de Alemania, donde no me importaba mucho la vida de las personas. No quería volver a ser ese monstruo que se encargaron de pulir a su antojo, sin darse cuenta del sufrimiento del mundo y del poder que tenía en sus manos.

Paradies © | Borrador 2020 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora