Capítulo 11: Velocidad excitante

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Heaven


Doy vueltas a las llaves que se encuentran en mi mano una y otra vez, mientras camino por el pasillo del piso de Nicola. Paige me había dado las llaves de su habitación. No fue nada disimulada en botarme del piso de Kai para tener sus momentos en pareja.

Silbo tranquilamente la melodía de una de mis canciones favoritas.

«Hoy es noche de sexo»

Ya una no podía ser la tercera en discordia de manera tranquila, porque la botaban sin ningún respeto. Aunque pensándolo bien, no me hubiese gustado verlos intercambiar saliva.

Que horror.

Llego frente a la puerta del piso de Nicola y es ahora, en este instante, donde caigo en cuenta en lo que estoy a punto de hacer. No puedo evitar sentirme un poco nerviosa ante la situación. 

Empezaba a animarme internamente de que esto sería totalmente fácil. Era solo entrar y pedirle una maldita cita. Pedirle al chico que te atrae, salir contigo. No es tan malo ni tan raro. ¿Cierto?

¿Qué podría salir mal?

«Pues que te rechace porque está enojado. Simple»

Siento mi corazón acelerarse al tener esos pensamientos. Mi consciencia no ayudaba nada para mis nervios. Inhalo y exhalo profundo cuando agarro la perilla de la puerta y meto la llave para abrir.

Bien, vamos bien.

Cuento hasta diez para recaudar todo el valor que necesito para cruzar esa puerta. Doblo un poco mi cuello quitando la tensión. Esto es como lanzar navajas a un punto exacto. Lo único que se necesita es tu completa concentración y lo lograrás.

5..

6..

7..

8..

9..

Antes de llegar a diez la puerta es abierta por dentro. Me quedo paralizada al ver a Nicola con el torso desnudo y con una toalla envuelta en su cintura. Trago saliva por la hermosa imagen que me da el castaño. Siento como el corazón se me sube hasta la garganta y como mi boca se torna seca por lo malditamente paro sexual que me acaba de dar.

Escucho el carraspeo de Nicola y alzo la mirada para dejar de mirar su cuerpo desnudo de una manera tan descarada. Siento mis mejillas encenderse a más no poder e intento abrir la boca para decir algo pero las palabras quedan atoradas. El castaño niega con la cabeza y suspira.

—Escucho tu respiración nerviosa hasta la ducha.

—¿Sigues molesto? —pregunto, con una sonrisa inocente.

Nicola no me responde, solo rueda los ojos y me da la espalda dirigiéndose a su habitación. Lo reparo de pies a cabeza y cuando llego a sus ojos, estos me observan con una mirada demasiado seria para mi gusto. 

«Aún seguía enojado»

Como no me cierra la puerta en la cara, doy por hecho que quiere que pase y lo hago. De frente me dirijo a uno de los sillones del lugar y me siento, esperando a que salga.

«Bien Heaven, saldrá y de una le pides la cita, ¿de acuerdo?»

De acuerdo. ¿Y si me dice que no?

«Pues te vas con tu dignidad por los suelos a comer helado»

Para controlar los nervios, saco un cigarrillo y me pongo de pie para ir hacia la ventana. Lo prendo y doy una calada profunda logrando que me atore un poco. Con la mirada hacia las afueras del edificio, mi mente se pone a divagar lo que he logrado hasta ahora.

Paradies © | Borrador 2020 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora