Marinette se miraba fijamente en el espejo, como si observar su reflejo pudiera darle respuestas a lo que ocurría. Su mente estaba llena de confusión, y a pesar de haber despertado de lo que parecía un sueño, la realidad que la envolvía no era menos perturbadora. Sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras se analizaba con detenimiento, viendo cómo la tierra y el polvo manchaban el vestido que alguna vez fue blanco. Las medias rotas y sucias le recordaban que había estado enterrada, que había muerto, y ahora estaba de pie en un mundo que ya no parecía suyo.
—Este debe ser el sueño más extraño y vívido que he tenido en toda mi vida —dijo en un susurro, mientras su voz se quebraba mientras se reía nerviosa, un sonido forzado que no encajaba con el miedo que sentía. Su cuerpo temblaba ligeramente, y en un gesto automático, trató de abrazarse a sí misma, como si eso pudiera protegerla de la realidad que se negaba a aceptar.
Adrien, que observaba con preocupación, dio un paso hacia ella con cautela.
—Será mejor que tomes asiento — sugirió suavemente, intentando guiarla hacia la cama.
Pero Marinette retrocedió bruscamente, sus manos aun temblorosas se aferraban a la botella de plástico a la que aún estaba conectada.
—¡No se me acerque! —gritó, su voz resonaba en el cuarto. Dio unos pasos hacia atrás, sintiendo el pánico burbujeando en su pecho—. Manténgase alejado de mí.
Adrien levantó las manos en un gesto de rendición.
—Está bien —dijo con calma, dándole el espacio que necesitaba— No te haré daño, quiero que entiendas eso.
Marinette lo miraba fijamente, su mente seguia corriendo en círculos, incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo. Había algo en sus palabras que, aunque intentaba ignorar, resonaba con una verdad aterradora. La posibilidad de que él estuviera diciendo la verdad se instalaba en su interior, como un peso que no podía quitarse. Si todo aquello era cierto, si en verdad había muerto y despertado, entonces estaba completamente sola. Sola en un mundo que ya no entendía, que ya no la pertenecía.
El mareo la golpeó de repente, y sintió cómo todo a su alrededor comenzaba a girar. El pánico la paralizó y el dolor en su cabeza se intensificó hasta que no pudo más. Intentó mantenerse en pie, aferrándose a lo poco que le quedaba de fuerza, pero sus piernas cedieron y cayó de rodillas. El golpe no fue duro, pues Adrien corrió hacia ella y la sostuvo antes de que su cuerpo se desplomara por completo.
Marinette terminó aferrándose a los brazos de él, sollozando de forma descontrolada. Sentir la calidez de su toque, el peso de sus manos en su cuerpo, le proporcionaba una extraña sensación de consuelo. El miedo inicial que había sentido al tenerlo cerca se esfumó de forma inexplicable. No entendía por qué, pero estar en sus brazos, en ese momento, la hacía sentir segura.
—Yo no pude estar muerta, —susurró entre lágrimas, apretando más su agarre—. No puedo estar muerta…
Su mente quería aferrarse a la idea de que todo aquello era una mentira, una trampa fabricada por alguien que se había vuelto loco. Pero una parte de ella comenzaba a entender, a aceptar lo inevitable: lo que había visto y escuchado era verdad. El vívido recuerdo de estar dentro de una caja, la lápida con su nombre, el rostro desconocido que la miraba desde el espejo… todo apuntaba a una sola y cruel conclusión.
—Solo quiero ir a casa, —dijo rompiendo totalmente en llanto, sintiendo que su corazón se rompía.
Adrien la abrazó más fuerte ante el temor que sentia emanar de ella.
—Todo estará bien —murmuró con firmeza—. Estarás bien.
Marinette, a pesar de las lágrimas, esbozó una pequeña sonrisa. Por un momento, aquellas palabras parecían calmarla. Pero su breve alivio se desvaneció cuando una luz verde brillante apareció bajo los pies de Adrien. De inmediato, se aferró a él, escondiendo su rostro en su pecho, como si al no ver la luz pudiera negar la realidad una vez más.
ESTÁS LEYENDO
La ultima hoja [MLB] - Adrinette
FanfictionUn deseo antes de que caiga la hoja. Un adiós antes que desaparezca. Un secreto que se debe revelar. . Marinette no recuerda como fue que partió del mundo pero si recuerda el amor que dejó atrás; ahora que ha vuelto debe entender todo el cambio que...