Cayéndose a pedazos... O no. 2

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Cayéndose a pedazos... O no.

Parte 2

Ya era la quinta noche en la que no dormía bien, pero es por mi futuro.

Es mucha cafeína.

No salgo con frecuencia aunque mis amigas intenten convencerme de ir a alguna de sus "reuniones", me parecen una perdida de tiempo si consumen tiempo de oro.
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Aunque fueron meses difíciles, logré tener unas calificaciones excelentes. Lograré graduarme con honores y todo gracias a mi esfuerzo..
Finalmente había aceptado una salida con mis amigas, y en una de sus locuras, por alguna razón del alcohol, dejé que me crearan un perfil en una App de encuentros junto con mi correo personal.
¡Fue una completa tontería!
No sé cómo borrar el perfil y los desarrolladores no contestan mis mensajes de opinión para que me ayuden a eliminarlo. Hubo un tiempo en el que mi correo se saturaba de solicitudes de hombres interesados en mi persona. Una foto de perfil como _esa_ llamaría la atención de cualquier mendigo de amor...

Una semana.

Dos.

Y desaparecieron las notificaciones.

Fue un alivio, pensé que el perfil al fin fue eliminado.

A dos semanas de mi graduación. Sóla en mi departamento. Veía una de esas series de romance que terminas viendo cuando no hay más en el catálogo de recomendados.

Me sentí un poco... Incomoda.

Era un cliché de telenovela, el amor prohibido. Esos dos peleaban por amarse aunque no se los permitieran. Muy predecible en verdad.

Entonces, sentí un vacío. Pensé, yo... No entiendo...?

Esos dos peleando por amarse. ¿Por qué? Preguntaba en mi mente. Qué tan loco debes estar como para amar a alguien en tal punto. ¿Es realmente posible?

De verdad...

Lo es...?

*Ring*

Una notificación de mi correo. ¿Universidad? No. ¿Amigas? No.

Era de esa App. De nuevo, me enojé, pero no por el hecho de que ese perfil estuviera aun existiendo. Más bien, porque creí que Ahri al fin se disculparía por eso.

Era de ese sitio, alguien cerca le interesaba conocerme. Lo ignoré, unos días, luego le respondí.
Es un maestro de Artes y teatro, vive cerca de su trabajo por lo que debe ser uno de la secundaria. Es joven, un poco mayor que yo, pero no tanto como pare ser de los graduados en tiempo. Por lo que tiene sus años.

Hablamos un tiempo. Antes de mi graduación acepté ir a una cita con él con la condición de ser un lugar público y nunca aislarnos. No soy tan tonta como para salir con alguien sin ser precavida, tampoco como para dejarme llevar. Solo seria una cita, y con suerte, corta e irrepetible.

Pero, discutimos como unos niños, nos llevamos a retarnos a bailar. Todo terminó en su departamento.

No sé.

Solo quise verlo después de eso...

Varias veces nos encontramos en la universidad, era maestro ahí y no de secundaria, como deduje erróneamente. Y es agradable.

Justo, como ella dijo: "Necesitas compañía. Te caes a pedazos"

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