Historias Random

Forajidos

Xayah Forajida.

Intentando escapar de las cadenas de la ley terrenal. Un tren acabó con su vida de frente. Siendo citada por el consejo celestial, Xayah obtuvo un trato con ellos: Llamando su alma a los ángeles, Xayah camina por el mundo mortal en busca de un criminal peligroso, un demonio. Con el demonio capturado, Xayah podría obtener la oportunidad de volver a encontrarse con su amado en la tierra.

Rakan Forajido.

Tras presenciar la muerte de su amada, luego de un hilo de mentiras y un juicio corrupto, Rakan hizo un trato con un demonio de tierra para que este hiciera sus fechorías en la tierra sin ser encontrado por el juicio celestial., a la ley del cielo. Ahora variando entre ambos, el demonio usa el cuerpo de Rakan culpándolo de volcar el tren que acabó con la vida de su amada y del robo de miles de monedas de Oro.

Tras encontrarse en tal tren, Xayah decidió no enviar ningún reporte al juicio celestial, pues si ellos saben que Rakan y el demonio tienen una conexión de Sangre terrenal, lo matarán para sacar al demonio. Mientras tanto ambos batallan por evitar que aquel demonio domine la mente de Rakan por completo, mientras evaden a la corte celestial.

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Mientras el tren corría por las vias en dirección a la siguiente estación, Xayah se hallaba dentro de él buscando la pista de aquel demonio causa problemas. Estaba segura de que vendría por el oro en el transporte de vapor. Mientras espera, una mujer zorra le cuenta sobre su estadía en la ciudad sin nombre.

Mientras tanto, El demonio llama a Rakan esa mañana para contarle su nuevo plan.

"Hoy, el tren de vapor transportará un cargamento de todo el oro de los ricos que viajan hoy en él."

"¿Y eso qué?" Respondió Rakan, muy apático a lo que decía la voz en su mente.

Ahora él no se controla.

Una parte de él le abofeteo en la cara, obligándolo a levantarse y tomar una cuerda ancha en el suelo. Mientras la enrolla sobre sus hombros, se prepara para salir corriendo de la habitación donde moraba temporalmente esa noche.

Evitando cualquier mirada de terceros, salió del pueblo robando el caballo de un ebrio dormido en la paja de un granero cercano. Montó sobre este y con una risa sonora se burlaba de todos los que le veían huir.

"¡Es el encantador!, Gritaban las personas al verlo huir con rapidez sobre le caballo que poco a poco tomaba una forma espeluznantemente flameante. Se estaba incendiando, dejando sus pezuñas marcadas en la tierra árida.

La risa de un desgraciado se escuchaba mas lejana con cada galope del caballo en llamas.

Había huido.

Dentro de sí mismo, la risa se prolongaba. Su razón le fallaba. Siempre era bueno en aquellas cosas, ahora no se equivoca.

¿Sobre qué?

Sobre los ricos en ese tren. Cada uno era basura para los que trabajan para ellos.

Algunos se lo merecían, otros no tanto, o le daba igual.

Mientras el tren seguía su ruta de costumbre por los peñascos en la montaña; un caballo seguía la ruta del tren a paso veloz.

Xayah presentía algo raro en el ambiente. Antes de cruzar el túnel entre la montaña mas grande, jura que vio un caballo rojo acercarse a su ventana...

A unos kilómetros de la estación del siguiente pueblo, faltaba un túnel por cruzar.

Desde la parte de atrás del último vagón, un guardia del oro divisó una figura extraña avanzando a paso veloz en dirección al tren; en un llamado de alerta avisó a los guardias: algunos de ellos avanzaron entre las cabinas para avisar a uno de los magantes que Xayah vigilaba.

Ignorando a la mujer zorro frente a ella, escuchó la conversación del guardia con su jefe. Allí confirmo sus sospechas se hicieron realidad.

"Él estaba cerca", susurro. Pidió permiso a la mujer zorro para ir al baño. Momento que aprovechó para colarse entre los guardias esparcidos para vigilar.

Efectivamente, una figura extraña venia a toda velocidad acercándose al tren.

Regresó con la mujer zorro para pedirle que se esconda en los vagones traseros y lleve a los que pueda. Aquella mujer protestó, pero la mirada seria de Xayah le daba confianza y algo de miedo. Obedeció, llevando algunos tripulantes atrás con ella, con la excusa de su fama para llevarlos a un "concurso" de artilugios y malabares. Una distracción para los inocentes

Xayah pasó al frente del vagón esperando alguna señal.

Cuando...

Mirar por la ventana, divisó la figura a caballo. Sus ojos la atraparon mientras su alma gritaba agitaba.

"No puede ser..."

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A toda velocidad llegaba Rakan al tren. Mientras más cerca estaba más emocionado se sentida. Deseaba volcar aquel tren, mientras reía imaginado la explosión.

Su objetivo era la locomotora, detenerla para que suelte el vagón con el oro. Donde previamente dejó una mini bomba en la unión de los vagones.

Avanzaba en el caballo rojo a fuego vivo cuando sus ojos se posicionaron en una ventana, a través de ella...

Vio sus ojos de nuevo. La promesa del demonio no se cumplió como el dijo.

El destino le dijo que la vería de nuevo, y estaba en el tren que pensaba hacer explotar.

Pero el momento murió cuando el demonio aprovechó la distracción de Rakan para hacerse con su cuerpo y reír a carcajadas frente a los ojos que su alma añoraba volver a ver...

El caballo avanzó más. El jinete se puso de pie sobre la montura y saltó sobré los primeros vagones. Dejando marcadas sus huellas en cada paso, manteniéndose encorvado con las manos sobre el metal.

Xayah corrió entre vagones encontrándose una escalera para subir al techo de los vagones. Avanzando un poco entre vagones se encontró cara a cara con los ojos de locura que había visto.

"¿Quién eres?"

"Hola, Hermosa dama", él hizo una reverencia, luego con su gran sonrisa la miró de pies a cabeza. "¿Te he visto antes?"

"Quién eres, ¡Responde!" Exigió.

Por un breve momento, el rostro de quien tenia de frente se angustio, sus ojos volvieron a ser azules y sus labios temblaban. Pero eso cambio rápidamente con un golpe a su rostro por su mano. Se dio vuelta y corrió.

"Sobrevive y tal vez te diga!"

Corrió a al frente del tren.

Las noticias recientes dieron a conocer el desastroso accidente de tren que dio lugar en la mañana del 23 de octubre. Muchos de los pasajeros en los primeros vagones murieron por el choque que la locomotora dio contra la estación, afortunadamente, vacía.

Xayah no llegó a tiempo, el oro no fue robado. Ahora discute con el ente dentro del cuerpo del bailarín y sinvergüenza de su ex-amante . Le exigía respuestas mientras él se reía en su cara.

Por dentro, El alma atrapada llora de felicidad. Pues la tiene de frente. De nuevo

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