4. Sentimientos Dentro De (Mi)

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-¿JiSung?

-¿Qué?

-¿Cuándo van a crecer? - MinHo tenía su atención puesta en el trozo de tierra donde pusieron germinar las semillas.

-Tienes que esperar, solo han pasado dos días- JiSung se agachó a su lado, el sol le pegaba haciendo ver algunos mechones de su pelo de un tono rojizo- Pronto van a cobrar vida y en menos de lo que esperas tendremos tomates.

-Bien- MinHo se resignó.

JiSung se alejó de él y fue a la cocína.

Últimamente JiSung cocinaba todo, también limpiaba, incluso cuando él le decía que era su turno lo hacía de todas formas.

MinHo se preguntaba porqué.

También JiSung usaba su ropa, a veces cuando lavaba la que traía puesta el día del secuestro la princesa usaba la propia pero por lo demás tenía que ocupar la de él.

MinHo la verdad no sabía que hacer con Han JiSung, desde la agrupación le decían que debía esperar a que su padre pague pero MinHo en estos momentos ya comprendía que no sería así.

Han no daría un peso por JiSung.

¿Pero por qué?

Claro que entiende el porqué, Jisung le explico varias veces pero ¿En serio no le importaba nada? ¿Ni un poco? ¿Y si lo mataba?

¿Y si se lo quedaba para siempre?

Fuera de todos los problemas que eso le traería a sus jefes y la mala información que recaudaron, a MinHo le entristecía que alguien como JiSung fuera tan poco querido.

Era inteligente, hábil en la cocina, hábil con la naturaleza, gracioso, podía hablar inglés y por su puesto, no menos importante, era muy agradable a la vista.

Qué va, es precioso.

Sus mejillas eran grandes, apretables, sus ojitos tenían forma de almendras y color de chocolate. Su figura era pequeña, más bajo que él y MinHo no es muy alto, además de su cintura fina que sólo le da problemas a la hora de usar los pantalones prestados.

-¡Ah! - Un ruido en la cocina lo despertó de sus pensamientos.

Corrió a ver y se encontró con JiSung en el suelo además de algunos cebollines a su alrededor.

MinHo le ayudó a ponerse de pie, recogió la verdura sin entender aún qué había ocurrido.

-¿Qué pasó?

-N-nada, solamente me caí- Sonaba a mentira.

Fingió creerle y sólo lo observó, al principio se movía normal pero con el paso de simples segundos JiSung comienza a cojear.

¡Oh no!

MinHo sin preguntar ni pensar demasiado toma a JiSung y lo sienta en la mesa de la cocina.

-¿MinHo?

-¿Por qué no me dijiste? - MinHo levantó el pantalón de JiSung y vio la herida provocada por la cadena.

Todos los días le entregaba a JiSung la llave para que pudiera asearse y cambiarse de ropa, la casa estaba hecha para no escapar desde el baño así que nunca le tomó importancia a lo que ahí pasaba.

Pero ahora JiSung tenía una horrible herida sangrienta alrededor de su tobillo, por supuesto, si jamás alguien había llevado la cadena más de dos días.

-Es que no es nada- Se trató de bajar- Estaré bien.

-No es nada pero te caíste y sangra- Lo retó con la mirada- Iré por la llave.

MinHo no sabía que hacer, estos días le dieron una conexión con JiSung pero eso no significaba que el chico no trataría de escaparse cuando lo deje suelto.

Quizás Jisung trataría de convencerlo de mantenerlo libre y pensaría algún plan para irse.

¿Por qué se sentía tan feo pensar eso más que sentirse molesto?

Pero para cuando llegó con la llave JiSung se había doblado los pantalones el la otra pierna como para que MinHo solo le cambie de lugar el grillete.

Estaba sentado sobre le mesa en el mismo lugar donde lo dejó y balanceaba sus piernas esperando por él.

MinHo abrió el grillete y se tomó su tiempo para cambiarlo, esperando, casi deseando, que JiSung le pusiera una patada y corriera en busca de su libertad pero eso no pasó.

Se quedó ahí quieto, mirándole.

-Ya está- Dijo cuando finalmente cambió la cadena de lugar- No te bajes.

-¿Por qué?

-Te voy a vendar.

Con sumo cuidado puso un poco de pomada y una venda alrededor del tobillo de su víctima, lo levantó el sus brazos para dejarlo en el suelo.

-Gracias MinHo.

Gracias MinHo.

¿Hace cuanto tiempo que alguien no lo trataba así?

Por supuesto que en la agencia nadie era violento, pero él no dejaba de ser solo Lee, un trabajador más. Probablemente la última vez que se sintió de esa manera era cuando el tierno JeongIn le agradecía el té o cuando HyunJin le chocaba hombros mientras le agradecía con la mirada.

Pero era diferente.

JiSung era diferente a cualquiera que haya cocido y MinHo cada segundo está más preocupado porque el dinero del rescate le sea depositado y él deba entregar a Han JiSung para no volver a verlo jamás.

Entonces JiSung, la princesa, se convertiría en sólo un recuerdo, un cuento, por supuesto.

Un cuento de hadas donde el dragón malo secuestra a la princesa pero finalmente se da cuenta que es una hermosa persona.

Y una princesa es una princesa; y un dragon es un dragon.

-MinHo lávate las manos- JiSung lo tomó del brazo- Ya vamos a comer.

-Está bien- Obedeció casi en modo zombie, porque se estaba dando cuenta de cosas extrañas.

El extraño ritmo de su corazón.

Las extrañas mariposas que siente cuando JiSung sonríe.

El extraño sentimiento en su pecho casa vez que come algo que la princesa ha cocinado para ellos.

Esa extraña y casi olvidada sensación de que no estás solo, que en la mañana habrá una preciosa sonrisa iluminandote igual que el sol.

-Gracias princesa, está bueno- Encontró su voz para poder decir algo y recibió a cambio una de esas sonrisas brillantes.

-¡No es nada! Quedará mucho mejor cuando tengamos nuestros propios tomates, ¿Deberíamos plantar cebollas? No sé si ya es temporada, en casa tenía un libro pero ya no lo puedo recordar...

-Eso me gustaría -Confesó.

-¿Qué cosa?

-Que plantemos muchas cosas, traeré semillas y libros.

Y más que una cosa de jardinería o comida autocultivada orgánica, en el fondo MinHo quería tener algo con que recordar a JiSung si un día este se iba.

¿Si un día? Claro que un día se iría.

Y entonces el miraría los rojos tomates para convencerse de que fue real.

(Des)Conocidos Y (Des)Esperados {MinSung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora